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CAPÍTULO VI
ESTATUTOS DE LA SEACV
Marc Cairols Castellote
El término «estatuto» —del latín, statutum—
tiene, según la Real Academia Española, las
siguientes acepciones:
1. Establecimiento, regla que tiene fuerza de
ley para el gobierno de un cuerpo.
2. Ordenamiento eficaz para obligar (p. ej., un
contrato, una disposición testamentaria,
etc.).
3. Ley especial básica para el régimen autónomo
de una región, dictada por el Estado de
que forma parte.
4. En derecho: régimen jurídico al cual están
sometidas las personas o las cosas, en relación
con la nacionalidad o el territorio.
En el plano personal: régimen jurídico que se
determina en consideración a la nacionalidad
o condición personal del sujeto.
El término «estatuto» se refiere, por tanto, a
aquella variedad de normas jurídicas cuya
característica común resulta ser que regula las
relaciones que se establecen entre ciertas personas,
que, como rasgo en común, comparten
la pertenencia a una misma sociedad. En otras
palabras, un estatuto es una forma del derecho
propio; aquel derecho de aplicación particular
o especial a un colectivo determinado.
No hay, pues, colectivo (en nuestro caso, sociedad
o asociación) en el que no se haya dado
una normativa propia por la cual se rige.
Los estatutos suelen adaptarse con el transcurso
de los años, de forma que su actualización
es una regla general por la necesidad de
adaptarse a los tiempos, a las nuevas tecnologías,
a la creciente complejidad de su colectivo
y, consecuentemente, su regulación.
En nuestra historia, que parte del año 1959,
hemos tenido tres adaptaciones: la de 1965, en
la que no se consensuaron unos estatutos propiamente
dichos; la del año 1977 y, finalmente,
los actuales, que datan de 2008.
LOS ESTATUTOS
EN SU CONTEXTO HISTÓRICO
La situación de autarquía, derivada de la Guerra
Civil, cambió en España gracias al acercamiento
a Estados Unidos en 1953, año en el
que se acercaron a España como aliados
en la Guerra Fría frente a la Unión Soviética.
El franquismo se presentaba como feroz anticomunista.
Este hecho propició que poco a
poco se rompiese el aislamiento del régimen,
y España se fue incorporando a los organis-
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