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Cossío («Epidemiología de las enfermedades
vasculares periféricas», 1975;2); F. Vidal-
Barraquer Mayol («Síndrome por compresión
intermitente de los troncos arteriales cerebrales»,
1976;4); A. López Quintana («Nuestra
experiencia en traumatismos vasculares»,
1976;6); A. Rodríguez-Mori (Fístulas arteriovenosas,
1977; 2); A. Urquía («Tratamiento
quirúrgico de la isquemia aguda de extremidades
en el anciano. Nuestra experiencia»,
1979; 2); T. Lázaro («Profundoplastia: indicaciones,
técnicas y resultados en el tratamiento
quirúrgico de las oclusiones femoropoplíteas»,
1981; 4), o F. Lozano («Heparinoterapia
continua en la trombosis venosa profunda y
su control con los tiempos de Howel y de
trombina. Estudio prospectivo», 1981;5).
A partir de 1981, sin embargo, un acuerdo
entre F. Martorell, fundador y propietario de
la cabecera de la revista, y la SEACV convierte
Angiología en el órgano oficial de difusión
y expresión científica de la Sociedad. Desde
ese momento, la revista contaría con un director
y un secretario de redacción nominales,
encarnados en el presidente y el secretario de
la SEACV. Si bien las tareas de gestión y decisión
científica (la dirección real, en definitiva)
recaerían en Alberto Martorell durante dos
décadas, verdadero motor de la publicación
durante este período (fig. 3).
La década de 1980 constituye un nuevo período
de apogeo de la revista Angiología, sumando
a su tradición previa de publicación angiológica
nacional e internacional, la producción
científica en cirugía arterial de las sucesivas
unidades de angiología y cirugía vascular, que
se van constituyendo en el país. Surgen también
en este período las primeras publicaciones
en Angiología sobre tratamiento endovascular.
A una nota clínica publicada por
radiólogos del Hospital del Sagrado Corazón
de Barcelona, le sigue una extensa serie de
HISTORIA DE LA SEACV. 50.º ANIVERSARIO. 1959-2009
Figura 3. Alberto Martorell Otzet, jefe de redacción
de Angiología (1981-2001).
casos, reportada por radiólogos franceses del
Centro Hospitalario Universitario de Toulouse
(«La revascularización transluminal percutánea
en el tratamiento de las arteriopatías de
los miembros inferiores», 1982;6). La metodología
estadística de los artículos de esta
década incluye ya modelos comparativos y aparece
la «p».
Si bien la década de 1980 parecía presagiar un
período expansivo de la revista Angiología, la
realidad práctica desembocó en lo contrario
hacia los años 1990. A la recién surgida Journal
of Vascular Surgery, le sucedieron pocos años
después European Journal of Vascular Surgery
y Annals of Vascular Surgery. Los cirujanos vasculares
españoles empezaron a dirigir sus lecturas
científicas hacia éstos, las firmas extranjeras,
con excepciones no muy notorias.
Dejaron de aportar artículos a Angiología y los
especialistas españoles, poco amantes de dejar
su experiencia por escrito, acabaron de ensombrecer
el destino de la publicación, que culmi-