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LA SEACV: HOY Y MAÑANA 361
tante cambio científico en el ámbito tanto diagnóstico
como terapéutico.
El progreso de la tecnología está influyendo
decididamente en la cirugía vascular, tanto
en el ámbito diagnóstico como en el terapéutico.
La «moda» de las endoprótesis es el mejor
ejemplo. Esta desenfrenada evolución de la
cirugía vascular en el siglo que recientemente
ha comenzado, y lo que pueda ocurrir en
el futuro inmediato, cabe entenderlo como un
proceso adaptativo de la teoría y la práctica
quirúrgica a los avances científicos y tecnológicos
que le atañen, dentro de los nuevos
escenarios docente, investigador y de asistencia
sanitaria. Actualmente, la cirugía vascular
progresa, no sólo por los avances propios
de su disciplina, sino también por los observados
simultáneamente en bioquímica, farmacología,
inmunología, biología molecular,
etc., y sin duda, en otros campos como la ingeniería,
cibernética, etc. La simbiosis continua
de las diferentes disciplinas médicas e incluso
paramédicas permitirá nuevos logros, los cuales
abren nuevos campos al cirujano y, por qué
no decirlo, también nos está excluyendo de
otros.
Salta a la vista que la evolución quirúrgica
se ha acelerado en la última década, de tal
modo que para los cirujanos el gran desafío
será acompasar su paulatino proceso de adaptación
al ritmo cada vez más vivo con el que
vienen ocurriendo los cambios. Dicha adaptación
afecta fundamentalmente al mantenimiento
y perfeccionamiento de la competencia
adquirida. No obstante, todos los campos
que relacionan la ACV con su entorno (enseñanza,
investigación, asistencia, sociedad, etc.)
se verán modificados.
El mañana de la ACV y su sociedad científica
es difícil de predecir, no obstante podemos
preveer un sustancial cambio de aspecto. Una
lectura crítica del progreso quirúrgico permite
intuir que el futuro inmediato de la cirugía
vascular y de sus profesionales se desarrollará
desde los siguientes presupuestos:
1. Progresiva integración de la ACV (y sus
profesionales) en planteamientos multidisciplinarios,
en un modelo asistencial centrado
en el paciente y en sus problemas clínicos.
También los límites entre las acciones
denominadas «quirúrgicas» y «no quirúrgicas»,
desde el punto de vista de quiénes
son sus actores, serán menos precisos, al
ampliarse las opciones mínimamente invasivas:
percutáneas, endovasculares y endoscópicas.
De hecho, ya existe una tendencia
a elegir opciones quirúrgicas con menor componente
agresivo o invasivo frente a otras
más agresivas (abiertas), sin alterar la eficacia
en la curación o paliación del paciente.
2. En una medicina basada en la evidencia
(MBE) altamente desarrollada, se podrá elegir
el procedimiento terapéutico más conveniente
entre las opciones técnicas disponibles.
Actualmente, la MBE en ACV ya
está bastante desarrollada.
3. Necesidad cada vez más perentoria de adaptación
continua de todos los cirujanos,
inclui dos los vasculares, y de sus prácticas
quirúrgicas a los avances tecnológicos: laparoscopia,
cirugía asistida por ordenador,
robotización de actos quirúrgicos, realidad
virtual, en algunos casos con telepresencia
del cirujano, etc.
4. Abierta la vía de la medicina posgenómica
e iniciado el camino de la terapia génica,
seguramente surgirán alternativas terapéuticas
no quirúrgicas en ciertas enfermedades
vasculares. En cualquier caso, estamos
asistiendo ya, antes o después, al hecho
de abandonar ciertos tratamientos operatorios
en favor de tratamientos alternativos
(incluso sólo médicos) muy eficaces o