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La última de estas condecoraciones le fue otorgada
posiblemente por su papel como consultor
en la enfermedad del entonces jefe de
Estado, Francisco Franco. En septiembre de
1974, es requerido para decidir por su prestigio
sobre las discrepancias en el tratamiento
de una trombosis venosa por parte de algunos
miembros del equipo médico que lo asistía
(fig. 3).
Figura 3. Fernando Martorell recibe la Medalla
Ratschow en Alemania.
MARTORELL NOVELISTA
La faceta de Martorell como escritor sólo pudo
ser desarrollada al final de su vida. En realidad,
pretendió plasmar en forma de novela
parte de las memorias de su extensa experiencia
profesional.
Su primera novela, Habitación 34, la publica
en 1974. La 34 era la habitación que le asignaron
al entrar como interno en la Clínica
Platón. Pujol Galindo, crítico literario del
periódico La Vanguardia, escribió: «… es una
suma de anécdotas ocurridas en la habitación
de una clínica en la que el autor desarrolló
su actividad como médico. Patéticas, cómicas,
intrascendentes, todas ellas tienen un
denominador común: el sufrimiento humano
[…] una humildad que se rebela en el último
capítulo del libro, quizás automedicado, a
HISTORIA DE LA SEACV. 50.º ANIVERSARIO. 1959-2009
modo de profética y anticipada biografía, cuando
se resiste a la jubilación, al cese en la actividad
que para él ha sido toda su vida, su ilusión».
Su segunda novela, publicada en 1980, se tituló
Ya nada importa. Dedicada a su esposa, en
ella se relata la entrañable amistad entre dos
hombres truncada por los acontecimientos dramáticos
en la España de los años 1930. Dos
hombres, dos carácteres, dos formas de entender
la vida en el escenario de la Guerra Civil
expuestas en forma de novela y concluyendo
con una rotunda confesión de fe en el hombre.
Finalmente, en diciembre de 1983, publica
su última novela, titulada Verdades y mentiras.
En ella comenta sus cinco contactos con
Franco: el militar, el vencedor, el Caudillo,
carta a Franco y Franco enfermo. Otros capítulos
los titula: «La paz de Hitler» «El monasterio
hospital» y «La historia de un perro maltés».
EL FINAL
El 16 de septiembre de 1984, Fernando Mar -
torell fallece en la Clínica Platón de Barcelona,
de la que había sido nombrado presidente del
consejo de administración y presidente de
honor.
Muere en la que había sido la obra de toda
una vida, rodeado de su familia, sus compañeros
entrañables y sus discípulos predilectos
(fig. 4).
De estos últimos, recogemos sus mejores palabras
de homenaje publicadas por la redacción
de la revista Angiología:
«… hemos perdido a nuestro fundador y la
medicina mundial pierde a una de las personalidades
más fructíferas y creadoras en el
campo que definió: la angiología».