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ESTATUTOS DE LA SEACV 63
3. La tercera enmienda fue interpuesta por
el doctor Pintos, en la que solicita que existan
miembros agregados de la Sociedad,
artículo 5.º, cuya categoría se renovaría, precisamente,
para aquellos miembros que no
tengan el currículum suficiente para ser
miembro o socio titular y para aquellos que,
cultivando otras especialidades, demuestren
interés por las enfermedades vasculares. La
asamblea aprueba por unanimidad dicha
enmienda, y el artículo 5.º queda redactado
de la siguiente forma: «La Sociedad consta
de presidentes de honor, socios de honor,
socios fundadores, socios numerarios, miembros
agregados y miembros correspondientes
extranjeros».
Estos cambios propiciados y dirigidos por el
doctor Capdevila pretenden potenciar la parte
quirúrgica de la especialidad ante el aparente
estancamiento de las anteriores juntas en
el tratamiento médico. También son elementos
determinantes de la nueva redacción de los
estatutos la continuada intromisión de los cirujanos
cardiovasculares en aquello que, hasta
entonces, habían considerado como una cirugía
menor. Para más abundamiento, cuando la
especialidad de Angiología y Cirugía Vascular
fue reconocida oficialmente con todos los apartados
asistenciales y científicos que hoy conocemos,
los cirujanos cardiovasculares se
apresuraron a incluirlas prácticamente en la
literalidad del texto a su cartera de servicios.
En el período comprendido entre los años
1959 y 1977, la angiología fue la parte potenciada
por la Sociedad, y, a partir de 1977, la
cirugía fue la que mostró un desarrollo notable.
Del articulado de estos estatutos cabe destacar,
en primer lugar, como ya hemos comentado,
el cambio de la denominación de la
Sociedad; a la Angiología se le añade la Cirugía
Vascular, que, si bien inicialmente se hablaba
de periférica, al final, la denominación oficial
es reconocida como figura en el artículo 1.º,
haciendo hincapié, eso sí, en el artículo 2.º, en
los aspectos, tanto médicos como quirúrgicos
(ya mencionados en el articulado de los estatutos
previos) del tratamiento de las enfermedades
vasculares, sin olvidar los aspectos diagnósticos,
en particular los angiográficos.
Aunque el artículo 7.º abre la puerta a otros
miembros sin la especialidad de ACV, los considera
de rango inferior. De hecho, los excluye
de los órganos de gobierno, si bien, no de
forma explícita, pero sí tácita. Ésta es una diferencia
sustancial con los anteriores redactados,
quedando la Sociedad limitada a aquellos
que son poseedores de la especialidad que nos
distingue.
El artículo 14.º habla de crear un órgano de
expresión oficial de la Sociedad, pero sólo concreta
que la junta directiva regulará todos los
aspectos relacionados con esta publicación. Si
bien es verdad que la voluntad es explícita,
la realidad de nuestra capacidad de publicación
induce a la revista Angiología (portada de
la cual era propietario el doctor Martorell) a
un progresivo languidecer, que acaba por su
exclusión del MedLine, siendo como es una de
la publicaciones de enfermedades vasculares
más antiguas del mundo.
En relación con el gobierno de la Sociedad, se
constata una tendencia presidencialista en la
que las comisiones, incluyendo la científica, se
consideran solamente como asesoras. El presidente
de la SEACV ostenta también la
presidencia de los congresos celebrados en el
territorio español, sin que se haga mención
alguna de las tareas que desarrollarán los organizadores
de los diferentes congresos, aparte
de una difusa función de asesorar al presidente
de la SEACV. Así, el artículo 26.º dice: «La