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FIGURAS DESTACADAS DE LA ACV ESPAÑOLA: GOYANES 337
Es claramente muy significativo que, en palabras
del mismo Goyanes: «Es el cirujano un
médico que sabe operar por añadidura».
Siguiendo a Hipócrates, nuestro personaje pensaba
que «todo cirujano está obligado a enseñar
desinteresadamente su ciencia y su arte a
los alumnos y médicos que deseen aprender».
En el campo de la cirugía, sus más importantes
aportaciones, en muchos casos pioneras,
las hizo en la cirugía vascular, las cuales describiremos
de forma pormenorizada en este
capítulo. Sin embargo, destacó también en
otras subespecialidades quirúrgicas. Como
neurocirujano, se muestra conocedor de las
técnicas empleadas en esos momentos, interviene
grandes traumatismos y tumores craneoencefálicos,
modifica sustancialmente la
técnica de resección del ganglio de Gasser
(1906) para el tratamiento de la neuralgia del
trigémino, señalando como innecesaria la ligadura
previa arterial preconizada por Kraus y
Lexer. Las intervenciones de Goyanes en materia
de cirugía plástica y reparadora fueron
pioneras, realizó ofrioplastias, plastias cutáneas
y osteoplastias.
En cirugía del tórax, hizo un diseño sencillo
de una caja de madera y cristal en la que metía
la cabeza del enfermo y hacía un cierre hermético
para elevar la presión de la caja y del
árbol bronquial, procedimiento distinto del
de Sauerbruch de presión diferencial. Intervino
procesos pulmonares, como quistes hidatídicos,
bronquiectasias e inversión de costillas
para colapsar el pulmón, y señaló que la cirugía
pulmonar podría llegar a ser una especialidad
(la actual Cirugía Torácica).
Realizó aportaciones valiosas a la cirugía del
cuello, del abdomen (especialmente era partidario
de las grandes y radicales intervenciones
en el caso de los tumores malignos) y
traumatológica.
Goyanes fue muy conocido por sus intervenciones
de tiroides. Hemos visto que su tesis
trataba de esta glándula. Publicada su serie
de cirugía tiroidea, Sauerbruch, en su visita
a Madrid, dijo: «No lo creo. Si son verdad los
buenos resultados que ha obtenido en la cirugía
del Basedow con 4 fallecidos de 40 operados,
es usted el mejor de los operadores de
bocio». Quiso verle operar un tiroides y, cuando
Goyanes se estaba lavando, contestó a la
pregunta de Sauerbruch, que tardaba de 15 a
20 minutos en la cirugía; no se lo creyó y se
fue sin ver la intervención.
En 1918, publicó en El Siglo Médico «Sobre
un foco de bocio y cretinismo endémico en
los valles altos del Tormes y del Alberche».
En 1922, recorrió con Marañón y Bardají la
región de Las Hurdes como miembro de la
comisión oficial. Sobre el tema escribieron:
«El problema de las Hurdes es un problema
sanitario. Avance de la Memoria sobre el estado
sanitario de Las Hurdes, redactado de orden
del Gobierno de Su Majestad por la Comisión
compuesta por los doctores Goyanes, Bardají
y Marañón», que se publicó en la revista La
Medicina Íbera en 1922.
Su excepcional habilidad y buen hacer quirúrgico
es resumido por el doctor J. L. Faure,
profe sor de Ginecología de la Facultad de
Medicina de París, en su contribución en el
Libro-Homenaje Goyanes con el capítulo titulado
«La sencillez en la cirugía». Empieza refiriéndose
al «gran honor que siente por poder
participar en la justa y gloriosa consagración
del prestigio de uno de los más eminentes cirujanos,
no sólo de España, sino también de todos
los países que desparraman a través del mundo
la claridad del espíritu latino». Según este
profesor, «nada hay indiferente en el arte de
la cirugía, la inspiración personal, la originalidad,
la facultad de creación, no son dadas
a todos, y la inmensa mayoría de los ciruja-