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CAPÍTULO XI
CAPÍTULO DE CIRUGÍA
ENDOVASCULAR DE LA SEACV
Manel Matas Docampo
HISTORIA DE LA CIRUGÍA
ENDOVASCULAR
«Aquellos que no recuerdan el pasado están
condenados a repetirlo.»
«Reason in Common Sense», The Life of
Reason, J. Santayana.
La aplicación de técnicas diagnósticas y terapéuticas
mínimamente invasivas en la patología
vascular ha experimentado en los últimos
años una expansión considerable en nuestra
especialidad, producto, sin duda, del espíritu
de mínima agresión que se impone en la práctica
actual de la cirugía. Algunos procedimientos
endovasculares han sustituido a las
técnicas de cirugía convencional y, con toda
probabilidad, en un futuro próximo, técnicas
clásicas y consolidadas dejarán de ser de primera
elección y ocuparán un segundo lugar
en el tratamiento de las entidades que los cirujanos
vasculares tratamos habitualmente.
Hacer un repaso histórico de la cirugía endovascular
en nuestro país pasa por citar los
comienzos de estos procedimientos en el mundo,
y es justa la primera mención al sueco Sven
Ivar Seldinger, quien, en 1953, publicó la técnica
de cateterismo por punción percutánea.
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Posteriormente, Dotter, en 1964, y Gruntzig,
en 1974, aprovecharon esta técnica con fines
terapéuticos y surgió, entonces, la angioplastia
transluminal percutánea. Otro pionero en
las técnicas de tratamiento mínimamente invasivo,
realizado a distancia de la patología a tratar,
fue Thomas Fogarty, coetáneo de los anteriores
y quien, en 1963, cuando apenas había
terminado la carrera de Medicina, realizó la
primera embolectomía ilíaca en una mujer con
un catéter diseñado por él mismo y vigente en
la actualidad. Otras contribuciones históricas
han sido la de Volodos que, en 1985, implantó
la primera prótesis en la arteria ilíaca, y la
de Palmaz, que dos años más tarde diseñó el
stent autoexpandible. Pero, sin duda, el salto
cualitativo en nuestra especialidad tuvo lugar
en septiembre de 1990, en Buenos Aires, cuando
Juan Carlos Parodi trató un aneurisma de
aorta abdominal (AAA) en un paciente de alto
riesgo mediante la colocación de una endoprótesis,
diseñada con un injerto de Dacron unida
a stents de Palmaz expandibles por balón.
En los últimos 20 años, hemos asistido a una
evolución constante de las técnicas endovasculares
y a la comprobación de los buenos
resultados de las mismas. Lo que en los años
1970 y 1980 fue considerado como terapias
aisladas se ha convertido en la cirugía endo-