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para sus dolencias. En esta etapa de su vida,
dedica muchas horas a escribir artículos científicos
y de opinión para la revista Gaceta
Médica Española. Falleció en esta ciudad el
17 de mayo de 1964, a los 88 años de edad.
Recibió la Gran Cruz de la Orden Civil de
Alfonso XII, fue nombrado Officier de la
Légión d’Honneur (Francia), doctor honoris
causa por la Universidad de Burdeos, Caballero
Comendador de la Orden de San tiago de la
Espada de Portugal, y le fueron concedidas
otras muchas distinciones.
Como refieren su nieto (Alfredo Díe-Goyanes)
y su biznieto (Javier Díe-Trill) en un artículo
especial publicado en Cirugía Española
(2008): «Así terminó la espectacular vida profesional,
científica y cultural de una gran figura
poco valorada después de su muerte».
Como destacaron Pérez de Ayala y Marañón
al referirse a la figura de Goyanes: «Es
Goyanes, Homo universalis con quien se puede
hablar de todo y nada le es ajeno…
Investigador apretado, lector políglota y siempre
insatisfecho, a la vez que técnico escrupuloso
de los métodos más recientes y atrevidos,
el innovador personal de estas mismas
técnicas…».
El estudio de su obra médica nos obliga a separar
en capítulos los diferentes ámbitos en los
que Goyanes brilló con personalidad muy destacada,
elevándose por encima de los cirujanos
de su tiempo. Si bien, entre el Goyanes
médico, cirujano excepcional e investigador
riguroso, y el Goyanes humanista, narrador
y ensayista, existe una separación evidente
en la forma, mas no en el fondo.
Es difícil encontrar un vínculo entre la cirugía
arteriovenosa, sus trabajos sobre técnicas
anestésicas, la neurocirugía, la cirugía plástica,
el cáncer o la historia de la medicina (p. ej.,
HISTORIA DE LA SEACV. 50.º ANIVERSARIO. 1959-2009
los diversos textos que escribió sobre la cirugía
arábiga o la biografía de Miguel Servet),
con la tipología del Quijote, sus descripciones
de Grecia o sus incursiones en el campo de
la poesía: «Crisotemis. Poemas breves de la
vida breve» (1925) o «Los Atlantes. Epopeya
de los castellanos por el mar. Poema heroico
del descubrimiento del Nuevo Mundo» (1935).
Sin embargo, todas estas facetas conforman
y estructuran la dimensión exacta de la figura
de Goyanes. A lo largo de su polifacética
obra, Goyanes nos demuestra que «el bisturí
no tropieza con la pluma».
GOYANES COMO CIRUJANO
Goyanes fue uno de los herederos de la larga
y brillante tradición quirúrgica española, recuperada
en el siglo XIX por el impulso de un
grupo de cirujanos de gran altura como Diego
de Argumosa, Joaquín Hysern o Melchor
Sánchez Toca.
La introducción de nuevas técnicas, la difusión
del uso de la anestesia y el impulso a la
especialización quirúrgica en España corresponden
a la siguiente generación de cirujanos,
representados ejemplarmente por
Federico Rubio Gali y Juan Creus Manso, y
por las escuelas que fundaron. Alejandro San
Martín, iniciador de la moderna cirugía vascular,
su discípulo Goyanes Capdevila, creador
de la anestesia arterial, Salvador Cardenal,
fundador de la escuela de la que salieron Rusca,
Requesens y Ribas, entre otros, con su contribución
a la auroterapia en el cáncer, o
Cervera, pionero de la cirugía oncológica,
representan con Ribera Sans, iniciador de la
cirugía pediátrica, la generalización en España
del empleo de la anestesia y la antisepsia y la
consolidación del especialismo quirúrgico, esto
es, la moderna cirugía científica de las últimas
décadas del siglo XIX y primeras del XX.