Toros Letra A.pmd - Fiestabrava

Toros Notables Libro I : Letra A
Con un toro sobrero recibió Guerrita la
alternativa
sí fue. Con un toro sobrero, que llevaba varios meses en los corrales de la
A
Plaza de Toros de Madrid, recibió la alternativa Rafael Guerra (Guerrita),
de manos de Lagartijo, y por ello el toro, que atendía por el nombre de
Arrecio se hizo célebre. La historia del suceso es muy larga, porque
ocupando en 1887 Lagartijo y Frascuelo el primer plano del toreo, Rafael
Guerra era ya una figura popularísima, y sobre él convergían las miradas de todos los
aficionados como el futuro mantenedor de una época taurómaca no lejana, sucesora de
la gloriosa mantenida por los abuelos, como cariñosamente se llemaba a Rafael y a
Salvador. La importancia de aquella alternativa podemos imaginarla.
Apoderaba a Guerrita un íntimo amigo suyo, don Juan Bautista Aguilar, ilustre
oficial de la Armada, y entre este y el empresario Menéndez de la Vega se celebraron
muchas entrtevistas y consultas sin que se pusieran de acuerdo. Buscar la ganadería
con los toros adecuados resultaba fundamental. Se habló de los del Saltillo, pero el
Empresario no se llevaba bien con el Marqués... después que si de Murube, pero las
reses no estaban en condiciones óptimas. Le tocó el turno a los toros de don Anastasio
Martín, y tras muchas consultas, a las que no fue ajeno el futuro padrino Lagartijo, y de
una visita a los prados donde pastaban los toros, se llegó a una conformidad muy relativa
porque faltaban muy pocos días para la efeméride.
Para el domingo (25-09-1887), cuatro días antes del doctorado, la décimo séptima
corrida de abono, con Currito, Mazzantini y Marinero, que debía torear seis toros de doña
Teresa Núñez de Prado -ganadería que había sido adquirida por don Juan Vázquez, que
se iban a lidiar por primera vez en la Corte, la corrida fue suspendida por lluvia y a el
empresario, con aquella corrida en los corrales, le parecieron los toros de don Juan
mejores que los de don Atanasio... y con ellos se anunció la corrida a bombo y platillo.
Pero los veterinarios desecharon un toro de Vázquez, siendo sustituido por otro
de don Francisco Gallardo y Castro, que venía figurando como sobrero en bastantes
corridas y que por su antiguedad debía romper plaza... Pese a la total inhcormidad del
apoderado, que quiso suspender la corrida, salió al fin el sobrero llamado Arrecio, bien
puesto de pitones, que Lagartijo cedió a Guerrita doctorándolo, ante una calurosa ovación.
El toro llegó al último tercio con pésimas intenciones, incierto, avisado, cobardón
y desparramando la vista, es decir, todo un marrajo de armas tomá. Pero el nuevo matador,
que fue cogido al dar un pase de muleta y derribado, le salvó del trance Lagartijo en un
quite puntual, continuando Guerrita la faena muy valiente, enviando al bicho al desolladero
de una buena estocada y un descabello con la puntilla. En su cuarto toro, de nombre
Tinajero, Guerrita alcanzó un gran triunfo, y en el sexto, que atendía por el nombre de
Romanito, estuvo muy valiente, siendo al final de la memorable corrida, en la que los
dos Rafaeles banderillearon como ellos sabían hacerlo al quinto astado, fueron sacados
a hombros por los espectadores. El toro Arrecio, que pudo haber dado origen a una
desggracia y a cambio -cosas de la vida y de los toros-, sin merecimientos de ninguna
clase, más bien lleno de defectos, ha pasado a la historia como un toro célebre.
144 El PUERTO de SANTA MARÍA - 2008