Toros Letra A.pmd - Fiestabrava
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<strong>Toros</strong> Notables<br />
ha conocido las mieles del indulto, sin ir<br />
más lejos en El Puerto de Santa María, pero<br />
dos en uno...<br />
Ha sido una magnífica primavera<br />
ganadera en nuestro campo bravo. Dos<br />
indultos en Sanlúcar y el reciente y feliz<br />
suceso, en la feria de Los Barrios, del<br />
indulto de «Valeroso», a cargo de El Fandi,<br />
en la plaza cubierta de La Montera, un toro<br />
de vacas de Santiago Domecq Bohórquez.<br />
No se puede pedir más. Pero los toros<br />
siguen luchando por su vida, la pelea no<br />
terminó en la plaza. Su bravura y nobleza<br />
fue recompensada con el pañuelo naranja<br />
pero esa misma noche comenzó otra<br />
batalla, contra la infección y la muerte.<br />
Efectivamente los ganaderos, al terminar<br />
la corrida y tras administrar desinfectante,<br />
se llevaron los toros esa misma noche del<br />
sábado al domingo al campo y en «Los<br />
Alburejos» comenzaron las curas a las tres<br />
de la mañana. El experto veterinario<br />
Francisco Lira Naranjo estaba ya preparado<br />
para quitar arponcillos, explorar las heridas,<br />
resanar tejidos, drenar las profundas lesiones<br />
y administrar antibióticos y desinfectantes<br />
externos. El toro que venía más<br />
dañado era el que indultó Ponce. «Flor de<br />
Almendro» recibió de la vara una herida<br />
de cuatro trayectorias. Pero todos los<br />
pronósticos son favorables y de las curas,<br />
que son diarias, se aprecia la buena<br />
evolución.<br />
Los toros se dejan curar con<br />
nobleza, sin asomo de dolor. Parece que<br />
casi agradecen que el veterinario «rasque»<br />
las heridas con torundas y largas pinzas y<br />
ni se inmutan con las inyecciones y, sprays<br />
de asepsia o el resanado de tejidos<br />
necrosados. Se dejan limpiar y curar las<br />
heridas y el veterinario, al tiempo que su<br />
ayudante administra una voluminosa<br />
inyección en el anca del toro, acaricia la<br />
rizada frente de «Flor de Almendro»<br />
admirando al impresionante animal que es<br />
el toro.»Va bien la cosa», nos comenta<br />
Antonio Domecq, presente en la cura.<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA - 2008<br />
Libro I : <strong>Letra</strong> A<br />
Comenta que los toros ya están comiendo<br />
con buen ánimo y reposan apaciblemente<br />
en un corral, en sombra, junto a la plaza,<br />
muy cerca de la manga de las curas:<br />
«sirven los dos, los dos van a ir a las<br />
vacas». Lo dicho, la vida padre: los<br />
azulados campos de «Los Alburejos», la<br />
yerba alta, el castillo de Torrestrella silueteado<br />
al fondo y una tropa de vacas... lo<br />
dicho, la vida padre. Enhorabuena.»<br />
133) Alcohólico:<br />
Fernando Lozano, a la sazón novillero,<br />
remató el astado que llevó el nombre de<br />
Alcohólico, jugado en cuarto lugar, perteneciente<br />
a la divisa jerezana de Jandilla, fue<br />
lidiado en la Real Maestranza de Caballería<br />
de Sevilla el (10-05-1987). Por su comportamiento<br />
sobre el albero mereció el premio de<br />
una póstuma vuelta al anillo. En 1978, poco<br />
después de la muerte de don Juan Pedro<br />
Domecq y Díez, las nueve décimas partes<br />
de la vacada fueron transferidas del hierro de<br />
Veragua al actual y comenzó a lidiarse con el<br />
nombre de Jandilla en 1983. Desde 1975 a<br />
1986 fue dirigida por su hijo don Fernando<br />
Domecq y Solís, y a partir de 1987, al fundar<br />
don Fernando su propia ganadería, lleva la<br />
dirección su hermano don Borja Domecq y<br />
Solís, quien continúa en la actualidad (2003).<br />
134.1) Alcotán:<br />
Don Graciliano Pérez-Tabernero,<br />
que presentó por primera vez sus toros en la<br />
nueva Plaza de <strong>Toros</strong> de Madrid el (27-02-<br />
1913), se cansó pronto de las antiguas reses<br />
heredades de su padre –procedentes de<br />
Veragua y Miura- y con el afán de fundar por<br />
sí mismo una nueva vacada, pensó en los<br />
elementos que, a su juicio, podrían constituir<br />
los sillares de la aun embrionaria idea. Estaba<br />
por esa época, principios de la década de<br />
1920, en candelero la ganadería del conde<br />
de Santa Coloma, derivación completamente<br />
pura del árbol de Vistahermosa, que desde<br />
la viuda de Muruve hasta el conde, pasando<br />
por don Eduardo Ibarra, venía produciendo<br />
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