Toros Letra A.pmd - Fiestabrava
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<strong>Toros</strong> Notables<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA - 2008<br />
Libro I : <strong>Letra</strong> A<br />
al toro, llamado Corcito, de la ganadería de don Manuel García Puente, de Colmenar<br />
Viejo (Madrid), la Tierra de <strong>Toros</strong>, en el coso de Alicante, al que después de recibir 24<br />
varas, Pepete, tras ser desarmado por el agresivo burel, le entró a la suprema suerte<br />
con un pañuelo. El (25-08-1883), el matador José Machío, lidió el astado, de pelo<br />
retinto, albardado, de nombre Avellano de don José Padín, en Segovia, llegó tan<br />
bravo y noble a la muerte, que Machío tiró la muleta fuera de su alcance, le citó con<br />
un pañuelo y lo acabó de una buena estocada. Pero el pañuelo sirvió a otro diestro,<br />
muy familiar a los aficionados portuenses de aquel tiempo, Manuel Hermosilla y<br />
Llanera –señó Manué-, para matar a un toro… por primera y única vez en la historia<br />
de la Tauromaquia, aconteció lo siguiente: Toreaba una tarde en Segovia con<br />
Salvador Sánchez Povedano (Frascuelo) y Ángel Pastor…,pero dejemos nos lo<br />
cuente don Aniceto Marinas García: “En mi ciudad natal, en Segovia. El cartel lo<br />
formaban –los diestros citados- …y Ángel Pastor reaparecía después de una cogida<br />
grave –que no hemos podido saber dónde fue-, que lo tuvo varios meses apartado de<br />
los ruedos. Frascuelo era el ídolo, el famoso, el torero a quien se iba a ver. Los<br />
demás completaban el cartel, pero no eran la base atractiva. Esto traía muy quemado<br />
a Hermosilla, que tenía mucho amor propio. Fruto de este orgullo profesional fue el<br />
de matar un toro recibiendo como no he visto jamás a nadie. Llegado el momento, y<br />
ante la expectación de la plaza entera, que se dio cuenta de que iba a recibir al<br />
animal, Hermosilla trazó una raya en el suelo delante del toro, extendió el pañuelo,<br />
puso los pies sobre el cuadrado blanco y citó. El toro se arrancó como una flecha, y<br />
Hermosilla lo recibió de manera que fiera y hombre rodaron al mismo tiempo, la<br />
primera sin vida, de resulta de la estocada perfecta –de ahí el decir la famosa<br />
estocada, de Segovia-, y el segundo indemne, para levantarse enseguida y recoger<br />
la ovación estruendosa. Frascuelo, aquella tarde, quedó apagado, ya que no tuvo<br />
suerte al matar y atravesó a uno de los toros con la espada. ¡Y qué torazos eran<br />
aquellos!<br />
Gacetillas Taurina XXXI, Tomo II.<br />
(www.laplazarel.net y www.fiestabrava.es)<br />
Manuel Hermosilla y Llanera.<br />
«Cúchares» preparando al toro<br />
con un pañuelo, «embebiéndole»<br />
con él, antes de estoquearlo.<br />
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