Toros Letra A.pmd - Fiestabrava
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<strong>Toros</strong> Notables Libro I : <strong>Letra</strong> A<br />
(53)Torear y estoquear con un pañuelo…<br />
esde los tendidos de la emblemática Plaza Real de El Puerto de Santa<br />
D<br />
María, sin duda, la que tiene tal vez el ruedo de mayor diámetro, los<br />
aficionados creían ver aún más reducidas las dimensiones de la<br />
tradicional muletilla que utilizaban los diestros en el último tercio de la<br />
lidia, durante todo el siglo XIX, “como si fuesen pañuelos grandes…”,<br />
con los que, refiriéndonos a los toros condesos, que, por ser tan bonitos de hechura<br />
corporal, de cabeza pequeña y recogida, cornicortos y finos de extremidades, se<br />
decía que «se les podía torear con un pañuelo.»<br />
La primera referencia, de un diestro utilizando para torear un pañuelo, es de<br />
Santiago Argonsorum y Solchaga, natural de la villa de Falces –que no debemos<br />
confundir con el famoso lidiador Bernardo Alcalde y Merino (Licenciado de Falces)-,<br />
del reino de Navarra, de ejercicio labrador, del que no dice don José de la Tixera, que<br />
“capeaba sólo con la jaquetilla, justillo y pañuelo asido con ambas manos, y<br />
estoquearlos con muletilla en la forma acostumbrada, cuya habilidad ha ejecutado<br />
con aplauso en varias capitales, y espera que con el buen desempeño de ella ha de<br />
lograr el público de esta Corte la diversión y gusto que apetece.” Este labrador de<br />
Falces había mostrado su habilidad, en la Plaza Mayor de Madrid, según aparece su<br />
nombre en carteles datados el (18-07-1776); en efecto, en Pamplona, en cuyas<br />
fiestas de San Fermín figura desde 1771, en que debió ayudarse con un pañuelo por<br />
primera vez, hasta 1790. No era torero de banda o de alternativa, sino venturero,<br />
siguiendo la clasificación navarra. Sin duda, no era vulgar, pues cobraba 15 doblones,<br />
o sea, 480 reales, y los mejores de su clase no pasaban de 15 a 20 pesos.<br />
En ese sentido, entrando en los anecdótico, la segunda prueba demostrativa<br />
de que algunos toros podían torearse con un pañuelo -es la llamativa prenda que<br />
adorna el buen vestirse… que nos saca de incontables apuros y que echando sus<br />
pliegues al aire agitados con una de nuestras manos, equivale en el coso-congreso<br />
de la perfecta democracia taurina, sin necesidad de utilizar mecanismos electrónicos,<br />
para votar multitudina-riamente la aprobación de nuestras decisiones-, la debemos al<br />
noble caballero y torero de a pie –notable escalón en la evolución del toreo-, don<br />
Rafael Pérez de Guzmán, que el (05-06-1831), con el toro, llamado Serrano, de<br />
pelaje retinto, de don José Pinto López, fue el noble diestro desarmado; quien, de<br />
forma inmediata y sin cuidarse de recoger la muleta, sacó el pañuelo del bolsillo –no<br />
hay que olvidar que los pañuelos de los nobles más bien parecían medias sábanas…<br />
y, además, de seda fina-, llamó con él la atención del toro, y entrándole a volapié, le<br />
dio una estocada en todo lo alto; el toro rodó instantáneamente, y el matador, que<br />
recibió un fuerte varetazo en el valeroso encuentro, se retiró sin darle importancia<br />
alguna. Igualmente, Francisco Arjona (Cúchares), que actuó en la Real Maestranza<br />
de Caballería de Sevilla el (25-06-1855), en aquella tarde desastrosa, pues se hirió un<br />
pie con el estoque –tal y como el novillero Antolín Arenzana (Recajo), el (09-04-1911)<br />
en Madrid-, no pudiendo torear hasta el (03-07-1855), en Valencia, tuvo el valor al<br />
reaparecer, de estoquear su primer toro vaciándole con un pañuelo por muleta.<br />
Cinco años después, concretamente el (21-07-1860), José Rodríguez (Pepete), lidió<br />
-Y el último, de Laffite, de nombre<br />
172 El PUERTO de SANTA MARÍA - 2008