Toros Letra A.pmd - Fiestabrava
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<strong>Toros</strong> Notables<br />
de cambiar la hora de la procesión del Corpus<br />
para que todos pudiesen asistir a la corrida.<br />
Lagartijo, que vistió de plomo y oro, tuvo una<br />
tarde aciaga, llena de desaciertos. Tal vez la<br />
propia emoción de la trascendental fecha le<br />
llevó al fracaso. Lo cierto es que el ganado<br />
del duque de Veragua XIV, fue grande, manso<br />
y peligroso. La bronca se acentuó en la lidia<br />
de los toros tercero y cuarto –Algarrobo,<br />
castaño, y Cocinero, jabonero-.<br />
El último que estoqueó llevó el<br />
nombre de Panderete, negro, y a éste y al<br />
anterior los banderilleó Lagartijo en unión de<br />
su banderillero Torerito. Pero ello no sirvió<br />
para amenguar el desastre. El público<br />
madrileño hacia valer su derecho por haber<br />
pagado -¡entonces!- mucho dinero por las<br />
localidades. La pita fue formidable y continua.<br />
Y hasta, a la salida del diestro, cuando se<br />
dirigía al hotel donde se hospedaba, en la<br />
carretera de San Jerónimo, un grupo de<br />
exaltados intentó asaltar el coche que<br />
conducía al Califa.» Tuvieron que intervenir<br />
tres parejas de la Benemérita para deshacer<br />
el grupo e impedir el atentado contra el diestro<br />
de Córdoba. El carruaje que ocupaba<br />
Lagartijo partió por la calle de Goya, protegido<br />
por la Guardia Civil. Así suele premiar el<br />
público a sus ídolos. La carrera taurina de<br />
quien a lo largo de su dilatada vida profesional,<br />
había toreado 421 corridas en Madrid y había<br />
sido proclamado como el mejor torero del<br />
siglo XIX, terminó de esta forma. «No se le<br />
respetó ni por su historia ni por sus años.<br />
Pero, eso sí, una vez retirado de los ruedos,<br />
resaltó aún más su valía y se le hizo por la<br />
afición la merecida justicia. La historia registra<br />
hechos semejantes. Y es que no sabemos o<br />
no queremos apreciar los auténticos valores,<br />
mientras éstos se nos brindan, con toda<br />
prodigalidad. Mas luego, al perderlos,<br />
lloramos, arrepentidos, lo irremediable (José<br />
Luis de Córdoba).»<br />
Con el Califa iba Antonio Cabezas (el<br />
Pajarero), picador de toros madrileño, quien<br />
empezó a trabajar hacia 1885 en las<br />
novilladas de la plaza del Puente de Vallecas,<br />
El PUERTO de SANTA MARÍA - 2008<br />
Libro I : <strong>Letra</strong> A<br />
El último que estoqueó Lagartijo<br />
llevó el nombre de Panderete,<br />
negro, y a éste y al anterior los<br />
banderilleó Lagartijo en unión de su<br />
banderillero Torerito.<br />
y alternó de tanda en Madrid por primera vez<br />
el (22-06-1887). Ya lo venía haciendo en<br />
novilladas desde 1880. El (01-06-1893) picó<br />
el toro ya citado, del duque de Veragua XIV,<br />
último que estoqueó Rafael Molina (Lagartijo).<br />
Fue un picador discreto y modesto, y desde<br />
luego muy superior a su escaso renombre.<br />
Picó mucho en Madrid como reserva. Falleció<br />
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