Toros Letra A.pmd - Fiestabrava

Toros Notables
1º Alevoso, , con el nº 28, negro
entrepelado, jirón, lucero, grande y con
muchas libras, que correspondió Cocherito´que
vestía de flor de romero y oro-, al que
Gaona corrió tras él para obligarle a embestir,
hasta que logró fijarlo con dos verónica
movidas, para recibir el astado 4 varas y
producir cuatro caídas. Manuel Mejías
(Bienvenida), que figuraba en su cuadrilla
como banderillero, le puso un buen par,
comenzando Ibarra por irse a las tablas
donde estaba aquerenciado el toro,
agazapado y con peligro, para darle 6
naturales y uno de pecho, pero el viento se
llevaba la muleta. Seguidamente y como
mejor pudo le atizó una media estocada
delantera y caída. Con una banderilla sacó el
estoque y cuando trataba de descabellar el
toro se echó y el bilbaíno escuchó palmas.
2º Vinatero, con el nº 30, cárdeno
claro, grande, gordo y aparatosas defensas,
hizo la salida contraria y con muchos pies,
fue para Gaona –vestido de tabaco y oro-,
fijándolo con decisión a base de ocho
verónicas y un recorte. En el primer tercio se
formó un lío atroz, pues en el albero había
una tropa de diestros, nueve en total. En quites
El PUERTO de SANTA MARÍA - 2008
Libro I : Letra A
Rodolfo Gaona y Antonio Fuentes
fueron los toreros más elegantes
de su época.
(34) No actuó Gaona en la Plaza Real en la temporada de 1914, por la sencilla razón de que no se
celebró en ella ninguna corrida. Finalmente actuó por última vez en la corrida del (18-07-1915)
alternando con Castor J. Ibarra (Cocherito de Bilbao) y Francisco Posada Carnerero, en la que el
toro de Urcola, llamado Vinatero, lo enganchó por la pierna derecha y lo mandó herido a la
enfermería de la Plaza Real. Tales fueron las actuaciones de Rodolfo Gaona en nuestro coso. Ya
no hubo más oportunidades de verlo por aquí, a ppesar de que durante otros nueve años, y hasta
1924, estuvo presente en los ruedos españoles y americanos. El 12 de abril del citado año se
despidió del público mexicano, en la que estuvo como en sus mejores tiempos.
(35)Desde esa primera corrida, no faltó en adelante, ni un solo año, a su cita con la afición del
Puerto, si bien la fortuna no le acompañó casi nunca en tales actuaciones. Pero estaba en el
ambiente esa su innata falta de valor y el entusiasmo en algunas ocasiones, lo que explicaba la
irregularidad de sus actuaciones, y los inesperados fracasos en aquellos momentos en que la
afición portuense más esperaba de él. Semejante carácter desagradó a nuestros aficionados que no
quisieron perdonárselo. En la temporada de 1911, el 27 de agosto, alternó con Manuel Lara
(Jerezano) y Manuel Mejías (Bienvenida), en una corrida muy irregular, en la que el primer espada
(Jerezano) cortó dos orejas. Bienvenida escuchó avisos en en sus dos toros, y el mexicano dio una
vuelta en su primero, pero no hizo nada en el segundo. Y así, en la corrida celebrada en la Plaza
Real la tarde del (31-08-1913), alternando con Ricardo Torres Reina (Bombita II) y Francisco Posada
Carnerero, se mostró sumamente apático y desganado, lo que irrito profundamente al respetable,
que de plano la tomó con él.
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