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W. Reiss y A. Stübel llegan al Ecuador en 1870 177 , en el mismo año que llega Wolf,<br />
después de haber estudiado los volcanes de Colombia, con el objetivo de examinar toda<br />
la región volcánica del Ecuador. Según Wolf (1975: 260) sus col<strong>ec</strong>ciones mineralógicas<br />
y geognósticas que cuentan con “millares de muestras” 178 y que son el resultado de este<br />
r<strong>ec</strong>orrido, son lo más completo que existe en el ramo de volcanología; razón por la cual<br />
los estudios de estos dos geólogos 179 son conocidos en el mundo científico.<br />
A lo largo de su Geografía, Wolf menciona en varias ocasiones los grandes<br />
aportes que han h<strong>ec</strong>ho estos dos vulcanólogos al desarrollo de la ciencia y resalta cómo<br />
estos aportes han mejorado la calidad de su mapa: “el primero y hasta ahora el único<br />
que ha estudiado detenidamente esta región interesante entre la hoya de Riobamba y el<br />
Sangay, es el infatigable explorador de los páramos <strong>ec</strong>uatorianos, Dr. A. Stübel, quien<br />
me proporcionó graciosamente los materiales para el trazo de esta parte del mapa”<br />
(Wolf, 1975: 89) 180 .<br />
En 1891 Wolf viaja a Alemania para encargarse de la impresión del mapa del<br />
Ecuador y nunca más regresa a América. Su amistad con Stübel hizo que eligiera la<br />
177<br />
Los científicos viajan a América con el propósito de seguir las huellas de Humboldt, en un viaje<br />
autofinanciado que en un inicio era corto, y que finalmente se convirtió en el "viaje investigativo más<br />
fundado y productivo en la historia de descubrimiento de toda América" (Meyer, 1905: 64, en Stüttgen,<br />
1996a). Durante nueve años (entre 1868 y 1877) atravesaron por Colombia, Ecuador, Perú, Brasil,<br />
Uruguay, Argentina y Bolivia (Brockmann, 1996). Los últimos tres países los r<strong>ec</strong>orrió Stübel solo luego<br />
de que Reiss regresa a Alemania desde Rio de Janeiro por agotamiento físico y anímico. En carta del 4 de<br />
Febrero de 1876, Stübel dice que no quiere "concluir los esfuerzos de largos años de trabajo con el<br />
sentimiento de un desertor" (Stüttgen, 1996b).<br />
178<br />
Reiss y Stübel realizaron un enorme acopio de información y de objetos de diferentes culturas. Este<br />
voluminoso material que r<strong>ec</strong>ogieron a lo largo de nueve años de viajes, comprende una gran cantidad de<br />
dibujos de paisajes, óleos, mapas, material geológico, col<strong>ec</strong>ciones botánicas y zoológicas, tumbas y<br />
objetos pr<strong>ec</strong>olombinos, artesanías y arte, cerámicas, tallas, adornos e instrumentos indígenas. Además,<br />
reunieron una gran cantidad de anotaciones, observaciones, datos y apuntes de diario (Stüttgen, 1996a).<br />
Gran parte de esta col<strong>ec</strong>ción hoy forma parte de cuatro museos alemanes: el Institut für Länderkunde, el<br />
Museum für Völkerkunde Berlin, el Iberoamerikanisches Institut Berlin y el Völkerkundkiche<br />
Sammlungen (Brockmann, 1996).<br />
179<br />
Resulta paradójico que la ciencia que unió originariamente a Reiss y Stübel también los haya separado.<br />
De las observaciones y análisis de los resultados de sus investigaciones vulcanológicas conjuntas, sacaron<br />
ellos diferentes conclusiones teóricas que les conducirían a un distanciamiento. Hacia finales de los años<br />
noventa rompieron finalmente su amistad y nunca más publicaron trabajos en conjunto (Stüttgen, 1996b).<br />
180<br />
Otro ejemplo tiene que ver con el conocimiento de los Llanganates fruto de la expedición de Reiss en<br />
1873. Wolf cita la carta escrita por Reiss a García Moreno del 8 de julio 1873: “He copiado este pasaje<br />
íntegro, porque es la única descripción científica que poseemos de aquella región, y la carta impresa del<br />
Doctor Reiss (carta dirigida a García Moreno del 8 de julio 1873) es tan rara que pocas personas pueden<br />
leerla. Además da una idea cabal de los grandes trabajos y penalidades que muchas v<strong>ec</strong>es debe pasar el<br />
geógrafo, para estudiar las regiones apartadas de los Andes, y se comprenderá por qué el mapa en varias<br />
partes todavía ha de quedar más o menos def<strong>ec</strong>tuoso” (Wolf, 1975: 104).<br />
105