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muchas v<strong>ec</strong>es parte de una conversación internacional alrededor de la ciencia, el<br />

conocimiento geográfico y el prestigio.<br />

Ahora, la propuesta de Pratt (1992) nos ayuda a encontrar una manera más apropiada<br />

para definir qué es un mapa nacional para los fines de este estudio. Vamos a partir del<br />

concepto de que un mapa nacional es una forma de escritura cartográfica desde una<br />

“zona de contacto”. Para Pratt (1992: 4) la “zona de contacto” es un espacio social<br />

donde culturas dispares se encuentran, chocan y lidian unas con otras, muchas v<strong>ec</strong>es en<br />

relaciones asimétricas de dominación y subordinación. En este sentido, el espacio del<br />

encuentro colonial es una “zona de contacto”. Con esto queremos puntualizar que los<br />

mapas nacionales que analizaremos son mapas poscoloniales en los que existe un<br />

proceso de sel<strong>ec</strong>ción y adaptación de discursos europeos sobre América en un afán de<br />

crear estados, naciones y territorios autónomos, independientes y d<strong>ec</strong>olonizados. El<br />

análisis de los mapas nacionales nos llevará a ver cómo se r<strong>ec</strong>iben y apropian, en la<br />

periferia, las formas de representación de la metrópoli. En este sentido, nos interesamos<br />

en el rol del encuentro intercultural en la circulación de saberes al ver la zona de<br />

contacto como un espacio de producción de conocimiento (Raj: 2007: 13).<br />

Así, nuestro enfoque partirá de un cuestionamiento de los asp<strong>ec</strong>tos morales y<br />

políticos de la ciencia (Raj, 2007: 5-9) en un afán por entender el conocimiento<br />

científico en su dimensión local. Este esfuerzo de localización, siguiendo la tesis de Raj<br />

(2007), nos lleva a plantear la pregunta sobre la movilidad del conocimiento lejos de su<br />

lugar de producción con el afán de entender la construcción de la ciencia más allá de<br />

Europa como un proceso r<strong>ec</strong>íproco, a pesar de ser asimétrico. Ahora, en el estudio de la<br />

producción de conocimiento en la zona de contacto pondremos atención en una<br />

disciplinas científica “al aire libre 1 ” (Raj, 2007: 14): la cartografía; que, al igual que la<br />

botánica, es una práctica que involucra n<strong>ec</strong>esariamente negociaciones entre esp<strong>ec</strong>ialistas<br />

y grupos heterogéneos en la elaboración y autorización de los saberes, lo cual da como<br />

resultado tanto la emergencia de nuevos conocimientos como la r<strong>ec</strong>onfiguración de<br />

conocimientos existentes en ambos lados de la zona de contacto (Raj, 2007: 223). Estas<br />

ciencias al aire libre, que en su inicio fueron piezas fundamentales para alimentar y<br />

reforzar el orden colonial (Cañizares, 2005: 67), se convierten más tarde, a partir de este<br />

juego de negociaciones, en elementos fundamentales para la formación de la identidad<br />

1<br />

Tomada de Callon (2001).<br />

12

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