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La melancolia de los feos - Mario Mendoza

León Soler es un psiquiatra soltero y sin hijos que se acerca a los cuarenta años y sigue atrapado en una rutina poco feliz y carente de brillo. Vive apenas obsesionado con su profesión, hasta que una mañana recibe una extraña carta en su consultorio. Va sin remitente y tiene el dibujo de un murciélago que sostiene un letrero con el mismo término que usó el artista Durero en su famoso grabado: La Melancolía. El contenido de esa y futuras correspondencias sacudirán a Soler, lo llevarán al pasado de su niñez y lo moverán emocionalmente en el presente para tratar de encontrar a su viejo amigo, Alfonso Rivas, un hombre deforme, enano y jorobado que le ha devuelto, sin saberlo, el favor más grande: salvarlo del extravío como solo un navegante es capaz de encontrarse a sí mismo mientras sortea la furia de los océanos.

León Soler es un psiquiatra soltero y sin hijos que se acerca a los
cuarenta años y sigue atrapado en una rutina poco feliz y carente
de brillo. Vive apenas obsesionado con su profesión, hasta que
una mañana recibe una extraña carta en su consultorio. Va sin
remitente y tiene el dibujo de un murciélago que sostiene un letrero
con el mismo término que usó el artista Durero en su famoso
grabado: La Melancolía.
El contenido de esa y futuras correspondencias sacudirán a Soler,
lo llevarán al pasado de su niñez y lo moverán emocionalmente en
el presente para tratar de encontrar a su viejo amigo, Alfonso
Rivas, un hombre deforme, enano y jorobado que le ha devuelto,
sin saberlo, el favor más grande: salvarlo del extravío como solo un
navegante es capaz de encontrarse a sí mismo mientras sortea la
furia de los océanos.

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atado. Creí que iba a morir. Pero yo quería fijar su imagen en caso <strong>de</strong><br />

sobrevivir”. Al final, creo que lo que Turner pintó no fue ese espectáculo exterior,<br />

sino el espectáculo interior, lo que le pasó a su cerebro <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> estar cuatro<br />

horas enteras soportando <strong>los</strong> embates <strong>de</strong> una tormenta en alta mar. Lo que hay<br />

en la pintura no son objetos, cosas, materia, sino la psique durante un estado<br />

alterado <strong>de</strong> conciencia.<br />

Así me siento yo. No soy más que fuerzas <strong>de</strong>splegadas en un caos cuyo centro<br />

escasamente se sostiene.<br />

Por otro lado, mi amiga Emma Joyce, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> contarle acerca <strong>de</strong>l<br />

libro <strong>de</strong> Vito Dumas y <strong>de</strong> su influencia en este misterioso amigo mío <strong>de</strong><br />

infancia, me lo pidió prestado y se lo leyó completo. Luego me envió un<br />

correo electrónico en el que me <strong>de</strong>cía:<br />

León:<br />

Dumas nació en 1900 y vivió en Palermo. Fue enterrado en el Panteón Naval<br />

y tenía su barco en el Yatch Club Argentino, que ha sido más bien un club<br />

aristocrático. Mi papá nació en 1908 y mi mamá en 1912, es <strong>de</strong>cir, era <strong>de</strong> la<br />

generación <strong>de</strong> el<strong>los</strong>. En esa época, todavía las colonias europeas y otras no<br />

estaban muy adaptadas y se diferenciaban entre ellas y tenían sus prejuicios<br />

mutuos. Yo lo veo relacionado con la inmigración, con la llegada en <strong>los</strong> barcos,<br />

que tardaban muchísimo. Tal vez la familia provenía <strong>de</strong> algún lugar <strong>de</strong> Francia<br />

sobre el Mediterráneo. Si tengo que inventar, pensaría que la mamá era <strong>de</strong> origen<br />

italiano o italiana, y que Vito viene <strong>de</strong> Vittorio. <strong>La</strong> nostalgia por la tierra <strong>de</strong><br />

origen es un sentimiento muy fuerte en Buenos Aires, que pasa <strong>de</strong> generación en<br />

generación.<br />

Hay otra cosa que se me ocurre, la necesidad <strong>de</strong> salvar <strong>de</strong> la guerra a <strong>los</strong><br />

familiares. En esa época, se sentía mucho la Segunda Guerra en la Argentina, y<br />

más en Buenos Aires, porque, quien más, quien menos, tenía familiares en alguna<br />

parte <strong>de</strong> Europa. En Buenos Aires la población extranjera superaba a la<br />

argentina en ese entonces. Eso fue consi<strong>de</strong>rado posteriormente como un tema<br />

muy importante en muchos aspectos que iban <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la seguridad nacional hasta<br />

el problema <strong>de</strong> la integración cultural.<br />

Des<strong>de</strong> que terminé el libro, cada tanto pienso en la posibilidad <strong>de</strong> que la<br />

razón por la cual se iba era para que lo recibieran al regreso. En el imaginario<br />

<strong>de</strong> todo argentino <strong>de</strong> Buenos Aires <strong>de</strong> mi generación y <strong>de</strong> las anteriores hay un<br />

barco que llega o que se va, y la gente que <strong>de</strong>spi<strong>de</strong> o recibe al viajero. Fíjate que<br />

él le da importancia especial a <strong>los</strong> amigos que lo esperan y a la llegada a<br />

Uruguay y a Buenos Aires, don<strong>de</strong> lo aguarda una cantidad enorme <strong>de</strong> gente.<br />

Era una bella hipótesis imaginar que Alfonso soñaba con <strong>los</strong> viajes<br />

www.lectulandia.com - Página 117

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