12.09.2018 Views

La melancolia de los feos - Mario Mendoza

León Soler es un psiquiatra soltero y sin hijos que se acerca a los cuarenta años y sigue atrapado en una rutina poco feliz y carente de brillo. Vive apenas obsesionado con su profesión, hasta que una mañana recibe una extraña carta en su consultorio. Va sin remitente y tiene el dibujo de un murciélago que sostiene un letrero con el mismo término que usó el artista Durero en su famoso grabado: La Melancolía. El contenido de esa y futuras correspondencias sacudirán a Soler, lo llevarán al pasado de su niñez y lo moverán emocionalmente en el presente para tratar de encontrar a su viejo amigo, Alfonso Rivas, un hombre deforme, enano y jorobado que le ha devuelto, sin saberlo, el favor más grande: salvarlo del extravío como solo un navegante es capaz de encontrarse a sí mismo mientras sortea la furia de los océanos.

León Soler es un psiquiatra soltero y sin hijos que se acerca a los
cuarenta años y sigue atrapado en una rutina poco feliz y carente
de brillo. Vive apenas obsesionado con su profesión, hasta que
una mañana recibe una extraña carta en su consultorio. Va sin
remitente y tiene el dibujo de un murciélago que sostiene un letrero
con el mismo término que usó el artista Durero en su famoso
grabado: La Melancolía.
El contenido de esa y futuras correspondencias sacudirán a Soler,
lo llevarán al pasado de su niñez y lo moverán emocionalmente en
el presente para tratar de encontrar a su viejo amigo, Alfonso
Rivas, un hombre deforme, enano y jorobado que le ha devuelto,
sin saberlo, el favor más grande: salvarlo del extravío como solo un
navegante es capaz de encontrarse a sí mismo mientras sortea la
furia de los océanos.

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

comprado un barco…<br />

—¿Y nunca le escribió?<br />

—Jamás… Esta casa me la escrituró él en contra <strong>de</strong> mi voluntad… Yo<br />

no quería aceptarla precisamente para no confirmar <strong>los</strong> chismes <strong>de</strong> la<br />

gente… Pero él se empeñó… Después <strong>de</strong>sapareció para siempre…<br />

Terminé la limonada y puse el frasco sobre una mesita <strong>de</strong> ma<strong>de</strong>ra.<br />

—No sabe cuánto le agra<strong>de</strong>zco su amabilidad —le aseguré mirándola<br />

a <strong>los</strong> ojos—. <strong>La</strong>mento haberla importunado <strong>de</strong> esta manera. Voy a <strong>de</strong>jarle<br />

el teléfono <strong>de</strong>l hospital y mi celular por si acaso, por si <strong>de</strong> pronto él se<br />

comunica con usted.<br />

—¿Usted es médico?<br />

—Sí, soy psiquiatra. Fui muy amigo <strong>de</strong> Alfonso cuando éramos niños.<br />

Le entregué una tarjeta con mis datos personales, me puse <strong>de</strong> pie y,<br />

cuando estaba a punto <strong>de</strong> ten<strong>de</strong>rle la mano para <strong>de</strong>spedirme, un joven<br />

abrió la puerta <strong>de</strong> la calle y entró agitado y sudando a chorros por la cara y<br />

el cuello.<br />

—Vamos ganando, mamá —dijo mientras cruzaba corriendo hacia la<br />

cocina—. Voy a tomar un poco <strong>de</strong> limonada.<br />

—Está en la nevera, mi amor —le contestó Fanny en un tono <strong>de</strong> voz<br />

cariñoso.<br />

El joven bebió <strong>de</strong> afán y volvió a aparecer en la sala-comedor.<br />

—Es el señor Soler —dijo Fanny presentándome—. Saluda.<br />

—Hola, ¿qué tal? —me dijo el joven levantando su cabeza en un gesto<br />

rápido y casi imperceptible. Luego se dirigió <strong>de</strong> nuevo a su madre en un<br />

a<strong>de</strong>mán <strong>de</strong> súplica—. Tengo que irme, vamos ganando.<br />

—Apenas termines, te entras a la casa. No te vayas a quedar por ahí<br />

callejeando —le or<strong>de</strong>nó Fanny con severidad.<br />

—Sí, señora.<br />

Me quedé inmóvil, pensativo. Ese muchacho, ¿era hijo <strong>de</strong> Alfonso?<br />

¿Era el hijo <strong>de</strong> mi amigo? ¿O ella se había relacionado <strong>de</strong>spués con otro<br />

hombre y había <strong>de</strong>cidido armar una familia, la familia que Alfonso no<br />

había tenido el coraje <strong>de</strong> compartir a su lado? ¿Ese nuevo esposo y padre<br />

vivía en la casa que Alfonso le había regalado? No estaba seguro porque<br />

era muy evi<strong>de</strong>nte que en el chico se habían activado <strong>los</strong> genes maternos.<br />

Era idéntico á Fanny, como si la hubieran copiado en masculino y en un<br />

tamaño miniatura. No me atreví a preguntar, como es apenas obvio. No<br />

tenía ningún <strong>de</strong>recho.<br />

www.lectulandia.com - Página 56

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!