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Toqué el timbre y me abrió la pue
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comprado un barco… —¿Y nunca l
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dóberman color café. Un cachorro
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2. Querido León, Aquí estoy otra
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entorpecía cualquier movimiento á
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y convertirse en cisnes. ¿Cómo su
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subversivo. En contraposición a la
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No sabes la tristeza tan grande que
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Ulises en adelante, mis héroes pre
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supura todo el tiempo. Dumas se rec
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indigente callejero, un vagabundo m
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conducir mi vida hacia donde mis le
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empezarán a eludirte y a mirarte c
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otellas de alcohol, amigas insepara
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empezar a consumir todos los días.
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mismo hombre empezando a perder la
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permanente, de angustia, de sudorac
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esa comunidad de lectores que leía
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agentes confesó más tarde que cua
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sabido conducir sus fuerzas en la d
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entorno agresivo que ha humillado o
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pasando, como si le costara mucho t
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amigo mío estaba quizás un poco o
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ahí, frente a mí, y yo sentía qu
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Nagasaki habían muerto carbonizada
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alterarla más de lo que ya estaba
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conversar… Imagínate, tú charla
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donde solía parquear el carro. Las
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Ella creyó que se trataba de una m
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porque en realidad soñaba con algu
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teléfono y que él no tenía la me
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Dije que sí y ella me indicó el p
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Unos días después, consulté en l
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salieran, sí, pero no tuvieron tie
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fotocopias del diario de Ana Valenc
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—Es mejor que hable usted mismo c
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grupo, de eso no había duda. Ahora
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sincerara conmigo. Solo me dijo que
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me desdoblé y me subdividí. Me en
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imbecilidad que los convierte en se
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navegar en la Deep Web me generó o
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¿Recuerdas que te hablé en la car
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tambaleante y con náuseas. Ya en l
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un gesto que no sé si entendiste,
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ebriedad. El resultado: el joven sa
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terminemos con el mismo rostro de a
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tiempo extra. —¿Y no te gustarí
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—. Salió en la prensa y en los n
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pared (lo usaba como arma de defens
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habían enseñado que una vida vale
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limitaciones. Hubo un silencio larg
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endí. En el fondo, lo disfrutaba,
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Creo, viejo, que la distancia a la
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piloteando mi Nautilus II en busca
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atraviesa las Columnas de Hércules