12.09.2018 Views

La melancolia de los feos - Mario Mendoza

León Soler es un psiquiatra soltero y sin hijos que se acerca a los cuarenta años y sigue atrapado en una rutina poco feliz y carente de brillo. Vive apenas obsesionado con su profesión, hasta que una mañana recibe una extraña carta en su consultorio. Va sin remitente y tiene el dibujo de un murciélago que sostiene un letrero con el mismo término que usó el artista Durero en su famoso grabado: La Melancolía. El contenido de esa y futuras correspondencias sacudirán a Soler, lo llevarán al pasado de su niñez y lo moverán emocionalmente en el presente para tratar de encontrar a su viejo amigo, Alfonso Rivas, un hombre deforme, enano y jorobado que le ha devuelto, sin saberlo, el favor más grande: salvarlo del extravío como solo un navegante es capaz de encontrarse a sí mismo mientras sortea la furia de los océanos.

León Soler es un psiquiatra soltero y sin hijos que se acerca a los
cuarenta años y sigue atrapado en una rutina poco feliz y carente
de brillo. Vive apenas obsesionado con su profesión, hasta que
una mañana recibe una extraña carta en su consultorio. Va sin
remitente y tiene el dibujo de un murciélago que sostiene un letrero
con el mismo término que usó el artista Durero en su famoso
grabado: La Melancolía.
El contenido de esa y futuras correspondencias sacudirán a Soler,
lo llevarán al pasado de su niñez y lo moverán emocionalmente en
el presente para tratar de encontrar a su viejo amigo, Alfonso
Rivas, un hombre deforme, enano y jorobado que le ha devuelto,
sin saberlo, el favor más grande: salvarlo del extravío como solo un
navegante es capaz de encontrarse a sí mismo mientras sortea la
furia de los océanos.

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

pensar en ti.<br />

—Mentiroso…<br />

—Te lo juro. Tenía ganas <strong>de</strong> irme para tu casa, pero ya era muy tar<strong>de</strong>.<br />

—Los milagros que hace el alcohol —me dijo ella tomándome el pelo<br />

en el teléfono—. Va a tocar que tomes más a menudo.<br />

—Me dieron ganas <strong>de</strong> verte, <strong>de</strong> abrazarte, <strong>de</strong> besarte.<br />

Fanny guardó silencio unos segundos y me dijo en ese mismo tono<br />

susurrante que ya empezaba a excitarme:<br />

—Si no me has besado es porque no has querido…<br />

—Yo sí quiero, lo que pasa es que me dan nervios, no sé por qué —le<br />

confesé—. Cuando estoy a tu lado me intimido, me da miedo que me<br />

rechaces.<br />

—Si yo te quisiera rechazar, lo habría hecho <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el comienzo… ¿No<br />

te has preguntado por qué seguí viéndote?<br />

—Me gustas tanto…<br />

—Tienes que <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> pensar en que fui la novia <strong>de</strong> Alfonso. Por eso<br />

es que no te pue<strong>de</strong>s acercar a mí. Te sientes traicionando a tu amigo,<br />

haciendo algo in<strong>de</strong>bido. Eso es. A ver, señor psiquiatra, esta vez tiene que<br />

diagnosticarse a usted mismo…<br />

—Des<strong>de</strong> que te conozco no he salido con otra mujer ni quiero ver a<br />

nadie más, sino a ti.<br />

—Sería el colmo que lo hicieras, porque yo tampoco me veo con nadie<br />

más…<br />

—Este fin <strong>de</strong> semana planeemos algo solo para nosotros. ¿Por qué no<br />

vienes aquí y cocinamos juntos?<br />

—Confírmame y listo. Yo le digo a una amiga que me cui<strong>de</strong> al niño y<br />

me voy para tu casa. Eso sí, no me vayas a <strong>de</strong>jar metida.<br />

—El sábado salgo <strong>de</strong>l hospital a las cinco. Compro las cosas y a las<br />

siete ya estoy aquí.<br />

—No, recógeme <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l hospital y compramos las cosas juntos.<br />

—Hecho, a las cinco y media estoy en tu casa.<br />

—Me voy a poner bien linda para ti…<br />

Cuando colgué el aparato, me di cuenta <strong>de</strong> que tenía una erección y<br />

que, como un adolescente, estaba fantaseando con el cuerpo perfecto <strong>de</strong><br />

Fanny. Estuve a punto <strong>de</strong> masturbarme pensando en esas imágenes y en la<br />

noche que me esperaba entre sus brazos, pero preferí aguantarme y<br />

esperar a mi cita <strong>de</strong>l sábado con ella. Para <strong>de</strong>spejar la cabeza, saqué las<br />

www.lectulandia.com - Página 127

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!