12.09.2018 Views

La melancolia de los feos - Mario Mendoza

León Soler es un psiquiatra soltero y sin hijos que se acerca a los cuarenta años y sigue atrapado en una rutina poco feliz y carente de brillo. Vive apenas obsesionado con su profesión, hasta que una mañana recibe una extraña carta en su consultorio. Va sin remitente y tiene el dibujo de un murciélago que sostiene un letrero con el mismo término que usó el artista Durero en su famoso grabado: La Melancolía. El contenido de esa y futuras correspondencias sacudirán a Soler, lo llevarán al pasado de su niñez y lo moverán emocionalmente en el presente para tratar de encontrar a su viejo amigo, Alfonso Rivas, un hombre deforme, enano y jorobado que le ha devuelto, sin saberlo, el favor más grande: salvarlo del extravío como solo un navegante es capaz de encontrarse a sí mismo mientras sortea la furia de los océanos.

León Soler es un psiquiatra soltero y sin hijos que se acerca a los
cuarenta años y sigue atrapado en una rutina poco feliz y carente
de brillo. Vive apenas obsesionado con su profesión, hasta que
una mañana recibe una extraña carta en su consultorio. Va sin
remitente y tiene el dibujo de un murciélago que sostiene un letrero
con el mismo término que usó el artista Durero en su famoso
grabado: La Melancolía.
El contenido de esa y futuras correspondencias sacudirán a Soler,
lo llevarán al pasado de su niñez y lo moverán emocionalmente en
el presente para tratar de encontrar a su viejo amigo, Alfonso
Rivas, un hombre deforme, enano y jorobado que le ha devuelto,
sin saberlo, el favor más grande: salvarlo del extravío como solo un
navegante es capaz de encontrarse a sí mismo mientras sortea la
furia de los océanos.

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

más insignificantes y así po<strong>de</strong>r tomar conciencia y enfrentar lo que se me<br />

va a venir encima, encarar con absoluta entereza la <strong>de</strong>cisión que he<br />

tomado…<br />

—¿Cree que se va a suicidar? —preguntó ella frunciendo el ceño unos<br />

segundos.<br />

—No lo sé. Por eso quiero hablar con él —aseguré guardando la carta<br />

otra vez <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la chaqueta.<br />

Fanny miró a través <strong>de</strong> la ventana y sus ojos negros se perdieron en un<br />

pasado que le disgustaba y que le dolía recordar:<br />

—Yo lo quise mucho, lo quise <strong>de</strong> verdad… <strong>La</strong> gente no entendía por<br />

qué me había enamorado <strong>de</strong> un hombre con problemas físicos… <strong>La</strong> gente<br />

vive apegada a las apariencias… Yo venía <strong>de</strong> una historia terrible y había<br />

perdido toda la fe en <strong>los</strong> hombres… Y <strong>de</strong> pronto apareció él, tan gentil, tan<br />

<strong>de</strong>cente, tan inteligente, tan cuidadoso en su trato conmigo… Nos hicimos<br />

amigos al principio y <strong>de</strong>spués fue evi<strong>de</strong>nte que nos necesitábamos el uno<br />

al otro… Pero yo creo que las habladurías <strong>de</strong> la gente le hacían más daño<br />

a él que a mí… No podía creer <strong>de</strong> verdad en mi amor… Dudaba, se<br />

atormentaba, sufría… Yo creo que por eso <strong>de</strong>cidió abandonarme e irse…<br />

<strong>La</strong> gente le <strong>de</strong>cía que tar<strong>de</strong> o temprano yo me iría con otro, que lo <strong>de</strong>jaría<br />

en la calle, que lo estafaría, que solo me interesaba el dinero… Y él<br />

terminó por creerles a el<strong>los</strong>, no a mí…<br />

Fanny se limpió un par <strong>de</strong> lágrimas que le rodaban por las mejillas.<br />

—Excúseme, no le he ofrecido nada… Dirá que tan maleducada…<br />

¿Quiere una limonada?<br />

—Sí, gracias.<br />

Ella salió y cruzó la sala-comedor hacia la cocina. Afuera se<br />

escuchaba la algarabía <strong>de</strong> <strong>los</strong> jóvenes que jugaban el partido <strong>de</strong> microfútbol.<br />

Tuve la sensación <strong>de</strong> haber estado en esa misma situación antes,<br />

exactamente en el mismo lugar y a la misma hora, un déjà vu que mi<br />

cerebro activaba <strong>de</strong> manera extraña e incomprensible. Fanny regresó con<br />

dos grasos <strong>de</strong> limonada servidos en antiguos frascos <strong>de</strong> mermelada.<br />

—Fanny, no quiero convertirme en una visita pesada y <strong>de</strong>sagradable,<br />

pero quiero preguntarle si sabe para dón<strong>de</strong> se fue Alfonso, qué rumbo<br />

tomó <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> que se <strong>de</strong>spidió <strong>de</strong> usted…<br />

—No, no lo sé… El hablaba mucho <strong>de</strong>l mar, <strong>de</strong> barcos, <strong>de</strong> hombres<br />

que le habían dado la vuelta al mundo so<strong>los</strong> en sus veleros… Era su tema<br />

preferido… Una obsesión… Tal vez esté en un puerto, tal vez haya<br />

www.lectulandia.com - Página 55

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!