Obras completas II.pdf - la tertulia de la granja
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AJEDREZ<br />
“<strong>Obras</strong> <strong>completas</strong> <strong>II</strong>” <strong>de</strong> Rafael Barrett<br />
El torneo <strong>de</strong> Buenos Aires, en que ha salido triunfador el señor Mom, y el match <strong>de</strong> éste con el<br />
señor Villegas, han dado actualidad al ajedrez entre nosotros. Mom, Villegas y Lynch alternan<br />
en el campeonato argentino; no son maestros, sin duda, y cualquier profesional europeo podría<br />
“ce<strong>de</strong>rles un caballo”, pero <strong>la</strong> afición cun<strong>de</strong>, <strong>la</strong>s distancias se estrecharán. ¿Por qué no habrían<br />
los <strong>la</strong>tinoamericanos <strong>de</strong> distinguirse en el admirable juego? No es cuestión <strong>de</strong> raza. Inventado<br />
por los hindúes hace miles <strong>de</strong> años, fue bril<strong>la</strong>ntemente practicado por árabes, persas, moros,<br />
italianos, castel<strong>la</strong>nos, franceses, ingleses, turcos, alemanes y esc<strong>la</strong>vos. Si exigiera sólo dotes<br />
<strong>de</strong> minucioso y frío calculista, ¿cómo explicaríamos que España, estéril en matemáticos, haya<br />
producido a Ruy López, y que un cubano, Raúl Capab<strong>la</strong>nca, acabe <strong>de</strong> vencer al famoso<br />
Marshall, campeón <strong>de</strong> Norte América? Los ingleses, <strong>la</strong>mentables músicos, tienen soberbios<br />
jugadores; Philidor, rey <strong>de</strong>l ajedrez en su tiempo, era músico, y el poeta ingenuo Musset, bien<br />
aficionado, mientras Dechapelles, que daba “peón y salida” a todos sus rivales, prefería el whist.<br />
En cuanto a los que en el ajedrez ven <strong>la</strong> imagen <strong>de</strong> <strong>la</strong> guerra, recordémosles que el pacífico<br />
Rousseau jugaba mejor que Bonaparte. Se trata <strong>de</strong> una aptitud especial, compatible con los<br />
temperamentos más diversos y hasta con inteligencia mediocres. Los <strong>de</strong>rrotados no <strong>de</strong>ben<br />
sentirse heridos en su amor propio <strong>de</strong> personas ilustradas. Se pue<strong>de</strong> tener mucho talento y<br />
per<strong>de</strong>r siempre al ajedrez.<br />
Los juegos físicos proce<strong>de</strong>n por aproximación. Quiero <strong>de</strong>cir que, aunque alteren un poco <strong>la</strong>s<br />
jugadas, siguen siendo jugadas y hasta conducen por lo común a un resultado igual. El jugador<br />
<strong>de</strong> fútbol no mi<strong>de</strong> los gramos <strong>de</strong> sus kick, ni el <strong>de</strong> bil<strong>la</strong>r los centígrados <strong>de</strong> su tacazo, lo que <strong>de</strong><br />
no serles imposible les sería casi inútil. En cambio, el ajedrez es exacto. Sus jugadas son<br />
únicas, in<strong>de</strong>formables, y <strong>la</strong>s que aparentan similitud suelen producir efectos divergentes. El<br />
ajedrez se libra <strong>de</strong> todo azar y <strong>de</strong> toda incertidumbre técnica. Constituye una combinatoria<br />
rigurosa. Las combinaciones <strong>de</strong>l <strong>de</strong>porte son infinitas porque son vagas. Las <strong>de</strong>l ajedrez son<br />
limitadas porque son absolutamente precisas, y gracias a ello susceptibles <strong>de</strong> reproducción y <strong>de</strong><br />
análisis completo. En teoría, los que hacen <strong>de</strong>l ajedrez un ejercicio <strong>de</strong> cálculo puro no se<br />
engañan. Dentro <strong>de</strong> unos cuantos billones <strong>de</strong> siglos será ocioso continuar jugando, puesto que<br />
se habrá agotado el número <strong>de</strong> partidas posibles y nos encontraremos obligados a repetir <strong>la</strong>s<br />
viejas. Es más; el ajedrez, que no es una ciencia, puesto que no es una filosofía, es, sin<br />
embargo, un enca<strong>de</strong>namiento lógico; si no contiene teoremas, contiene problemas. Resolvamos<br />
entonces <strong>la</strong> partida perfecta, sepamos en cuántas jugadas, con <strong>la</strong> ventaja <strong>de</strong> <strong>la</strong> salida, se llega<br />
necesariamente al mate, y construyamos una máquina que <strong>la</strong>s copie. Fabricaremos, no un<br />
muñeco fingido como el que paseó el barón <strong>de</strong> Kempelen, hacia 1770, sino un verda<strong>de</strong>ro<br />
autómata que se encargará <strong>de</strong> batir a todos los jugadores <strong>de</strong> ajedrez hasta el día <strong>de</strong>l juicio<br />
final… Pues bien, eso es irrealizable. Sólo <strong>la</strong>s dos primeras jugadas suministran cuatrocientos<br />
sistemas diferentes, y en seguida se alcanza el millón. Simples problemas en tres o cuatro<br />
golpes se resisten a los esfuerzos <strong>de</strong> los ajedrecistas avanzados: ¿qué será el problema <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />
partida i<strong>de</strong>al, que quizá abrace mil o dos mil jugadas? Conocer el conjunto <strong>de</strong> <strong>la</strong>s<br />
combinaciones <strong>de</strong>l ajedrez es empresa que exce<strong>de</strong> enormemente al entendimiento humano.<br />
Des<strong>de</strong> que el juego se inventó, apenas hemos <strong>de</strong>sflorado ese mundo maravilloso. No obstante,<br />
se compren<strong>de</strong> <strong>la</strong> importancia <strong>de</strong> retener y manejar <strong>la</strong> mayor cantidad <strong>de</strong> el<strong>la</strong>s, y se explica que<br />
los jugadores célebres sean notables por su memoria. Phi<strong>la</strong>dor dirigía tres partidas a <strong>la</strong> vez sin<br />
mirar los tableros. Morphy, ocho, Pillsbury, quince. Según los psicólogos, no es memoria verbal<br />
ni numérica, sino visual, <strong>la</strong> que bastante inesperadamente asimi<strong>la</strong> los ajedrecistas a los<br />
pintores. C<strong>la</strong>ro está, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego, que por prodigiosas que sea <strong>la</strong> memoria <strong>de</strong>ja inmenso campo<br />
a <strong>la</strong>s condiciones morales, paciencia, astucia, audacia, y a lo intelectual inconsciente,<br />
presentimos, inspiración, genio.<br />
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