Obras completas II.pdf - la tertulia de la granja
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“<strong>Obras</strong> <strong>completas</strong> <strong>II</strong>” <strong>de</strong> Rafael Barrett<br />
y los brazos <strong>la</strong>boriosos se han perdido. De <strong>la</strong> nave no quedó más que <strong>la</strong> proa; arriba no<br />
quedaron más que <strong>la</strong>s a<strong>la</strong>s y <strong>la</strong> estatua <strong>de</strong>capitada avanza en el vacío. Sentimos que se ha<br />
<strong>de</strong>sprendido <strong>de</strong> su tierra y <strong>de</strong> su tiempo; que los cien fragmentos <strong>de</strong> su ser, magnetizados por <strong>la</strong><br />
impaciencia, apenas reunidos bajo los <strong>de</strong>dos <strong>de</strong> los arqueólogos se han puesto a caminar. Las<br />
a<strong>la</strong>s han batido <strong>de</strong> nuevo, y merced a el<strong>la</strong>s <strong>la</strong> victoria ha corrido sobre <strong>la</strong>s aguas <strong>de</strong> los siglos, y<br />
nos ha alcanzado. Toquen sus sagradas rodil<strong>la</strong>s; no es el frío <strong>de</strong> <strong>la</strong> piedra; es el frío <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />
noche. El viento ap<strong>la</strong>stó el ropaje contra <strong>la</strong> carne que se estremece, mojada por el mar. El seno<br />
respira aún. Las a<strong>la</strong>s luchan aún con <strong>la</strong>s ondas invisibles. Una inmensa compasión se apo<strong>de</strong>ra<br />
<strong>de</strong> mí. “Hermana, no te <strong>de</strong>seo el pensamiento, estéril geometría <strong>de</strong> <strong>la</strong> senda que no pisaremos<br />
ya nunca. El <strong>de</strong>stino te ha <strong>de</strong>jado <strong>la</strong>s a<strong>la</strong>s; te ha <strong>de</strong>jado completa y, siendo el más puro <strong>de</strong> los<br />
gestos, lo eres todo. Pero tus músculos sufren. Reposa un momento. Detente un día, y mañana<br />
reanudarás tu viaje”.<br />
“Estoy suspendida sobre el abismo, y <strong>de</strong>tenerme es caer. No hay reposo para nosotros,<br />
hermano mío. No confíes en <strong>la</strong>s nubes azules con que <strong>la</strong> aurora viste el horizonte. Nuestro<br />
Océano no tiene riberas”.<br />
ROOSEVELT Y EL SOCIALISMO<br />
Roosevelt está muy enojado con los socialistas. Dice en <strong>la</strong> revista The Outlook que el amor<br />
libre, ele maltusianismo, <strong>la</strong> crianza <strong>de</strong> los hijos por el Estado y otras ocurrencias son <strong>de</strong> un<br />
carácter profundamente repulsivo y acabarán con <strong>la</strong> raza en dos o tres generaciones. Exagera.<br />
No comprendo cómo se ha <strong>de</strong> imponer a los hombres nada que les sea repulsivo. Sólo<br />
sobrevivirá lo que amen, lo que les dé <strong>la</strong> ilusión <strong>de</strong> <strong>la</strong> felicidad. ¿Por qué duró tan poco <strong>la</strong> Diosa<br />
Razón? Porque los dioses razonables nos parecen aborrecibles. Si los ciudadanos <strong>de</strong>l futuro<br />
piensan y sienten como Roosevelt, no hay motivo <strong>de</strong> a<strong>la</strong>rma, y si prefieren nuevas costumbres,<br />
por ser ellos mismos seres nuevos, no hay recursos contra el <strong>de</strong>stino. Así opinaba el fariseo<br />
Gamaliel cuando los apóstoles, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> <strong>la</strong> muerte <strong>de</strong> Jesús, difundieron <strong>la</strong> doctrina <strong>de</strong>l<br />
mártir, perturbando a los judíos prácticos. El sumo sacerdote proyectaba <strong>la</strong>pidar a Pedro y a sus<br />
compañeros -un grupo <strong>de</strong> anarquistas-; los odios entonces no eran teóricos so<strong>la</strong>mente, como<br />
los <strong>de</strong> un Roosevelt. Gamaliel se opuso; recordó que habían surgido, antes <strong>de</strong> Jesús, muchos<br />
profetas, Theudas, por ejemplo, y Judas el galileo, “diciendo que eran alguien”, y habían<br />
fracasado <strong>de</strong>svaneciéndose en <strong>la</strong> indiferencia y en el olvido. “Dejen a éstos ahora en paz,<br />
añadió; si su obra es <strong>de</strong> ellos, se disipará, mas si es <strong>de</strong> Dios, no <strong>la</strong> podrán <strong>de</strong>shacer”.<br />
Traduzcamos el pasaje a nuestro idioma positivo: si <strong>la</strong> obra <strong>de</strong> los socialistas y <strong>de</strong> los<br />
anarquistas es <strong>de</strong> ellos, si encierra elementos que nos repugnan, por sí se aniqui<strong>la</strong>rá, pero si es<br />
adivinación <strong>de</strong> nuestro genio, visión <strong>de</strong>l porvenir, inútil será preten<strong>de</strong>r <strong>de</strong>tener<strong>la</strong>. A<strong>de</strong>más, por<br />
muy convencidos que estemos <strong>de</strong> los males <strong>de</strong> nuestra fecundidad, no <strong>la</strong> suspen<strong>de</strong>remos, ni<br />
disminuiremos siquiera el conjunto <strong>de</strong> su empuje. No está en el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> <strong>la</strong> especie suprimirse<br />
a sí misma. El suicidio requiere una organización perfecta, inaccesible a <strong>la</strong> sociedad; ni es<br />
privilegio <strong>de</strong> <strong>la</strong> masa, sino <strong>de</strong>l individuo.<br />
La familia en su aspecto actual, agrada a Roosevelt. Me lo explico. El matrimonio se adapta<br />
bien al régimen capitalista, entre los que algo poseen como el ex presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> <strong>la</strong> gran<br />
república, mas quizá no ofrezca tal encanto en <strong>la</strong>s regiones <strong>de</strong> <strong>la</strong> miseria. Quizá no sea<br />
repulsivo que <strong>la</strong> comunidad tome un día sobre sí <strong>la</strong> tarea <strong>de</strong> salvar a mil<strong>la</strong>res <strong>de</strong> niños<br />
<strong>de</strong>generados que mueren en los brazos impotentes <strong>de</strong> sus madres. Quizá también, según <strong>la</strong>s<br />
circunstancias, no sea dañosa una economía genésica que reduzca con el número <strong>de</strong><br />
nacimientos <strong>la</strong> mortalidad infantil, y aumente al fin <strong>de</strong> cuentas <strong>la</strong> pob<strong>la</strong>ción <strong>de</strong> adultos<br />
inteligentes y sanos. Si progresamos, tendremos, al <strong>la</strong>do <strong>de</strong> <strong>la</strong> familia clásica, otras formas <strong>de</strong><br />
re<strong>la</strong>ción sexual, igualmente respetadas. El progreso no es <strong>la</strong> uniformidad, sino <strong>la</strong> diversidad útil,<br />
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