26.04.2013 Views

Obras completas II.pdf - la tertulia de la granja

Obras completas II.pdf - la tertulia de la granja

Obras completas II.pdf - la tertulia de la granja

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

“<strong>Obras</strong> <strong>completas</strong> <strong>II</strong>” <strong>de</strong> Rafael Barrett<br />

traducido en cantos. Sus enemigos personales fueron el Papa y el feo. Hizo épica <strong>la</strong> política. En<br />

su orgullo <strong>de</strong> agitador obstinado rechazó una suscripción nacional para editar sus obras<br />

<strong>completas</strong>. “Ni <strong>de</strong> mi patria acepto limosnas”. Y su furor heroico acabó por simbolizar el crisol<br />

hirviente <strong>de</strong> don<strong>de</strong> ha surgido <strong>la</strong> hermosa Italia <strong>de</strong> nuestros días. Carducci fue el maestro.<br />

Todos, empezando por D’Annunzio, se proc<strong>la</strong>man sus hijos. Desaparece en plena gloria, como<br />

Víctor Hugo.<br />

Y <strong>la</strong> pluma <strong>de</strong> Huysmans, <strong>la</strong> pluma que cince<strong>la</strong>ba una nove<strong>la</strong> lo mismo que se cince<strong>la</strong> un verso,<br />

que rascó los bajos fondos <strong>de</strong> <strong>la</strong> aristocracia parisiense y disecó <strong>la</strong>s trágicas manías, el <strong>de</strong>lirio<br />

<strong>de</strong> los refinamientos cerebrales, y que para aliviarse <strong>de</strong> tanta miseria <strong>de</strong> lujo se volvió hacia <strong>la</strong><br />

soledad y hacia el cristianismo, narrando vidas <strong>de</strong> santos humil<strong>de</strong>s y evocando los haces <strong>de</strong> iris<br />

que <strong>la</strong> luz <strong>de</strong>ja fluir <strong>de</strong> <strong>la</strong>s suaves vidrieras al silencioso refugio <strong>de</strong> <strong>la</strong>s catedrales, también se<br />

<strong>de</strong>tuvo.<br />

Pienso en <strong>la</strong> muerte, en <strong>la</strong> muerte <strong>de</strong>sigual y torpe.<br />

¿Por qué persistir en postrarnos ante lo <strong>de</strong>sconocido? La fuerza <strong>de</strong> <strong>la</strong> costumbre; nuestro<br />

espinazo, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> tantos siglos <strong>de</strong> flexión idó<strong>la</strong>tra, se dob<strong>la</strong> a nuestro propio peso enfrente<br />

<strong>de</strong>l no sé g<strong>la</strong>cial y sin forma arrojado por <strong>la</strong> ciencia como un residuo indigerible.<br />

Ese no sé ha <strong>de</strong> ser sabio, justo, bueno.<br />

¿Y por qué hemos <strong>de</strong> abrir crédito a lo <strong>de</strong>sconocido, mayor crédito que a <strong>la</strong>s feroces evi<strong>de</strong>ncias<br />

inmediatas <strong>de</strong> <strong>la</strong> realidad?<br />

He aquí <strong>de</strong> nuevo, el miserable optimismo con que l<strong>la</strong>mábamos Dios justo, sabio, bueno, al<br />

torturador infatigable <strong>de</strong>l género humano, al inventor <strong>de</strong> <strong>la</strong> maldición, sin término más allá <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

tumba. Si un Dios así es bueno y sabio, ¿cómo no ha <strong>de</strong> serlo, y más todavía, lo <strong>de</strong>sconocido,<br />

el gran ser agazapado en <strong>la</strong>s tinieb<strong>la</strong>s?<br />

No: esas tinieb<strong>la</strong>s están vacías. Nosotros <strong>la</strong>s llenaremos. El hombre está solo. ¡Solo! Somos <strong>la</strong><br />

medida <strong>de</strong> <strong>la</strong>s cosas. Fuera <strong>de</strong> nosotros no hay otra inteligencia, otra voluntad. No hay más que<br />

el caos, el caos que tenemos que dominar, organizar y humanizar hasta el fin, si antes no nos<br />

ap<strong>la</strong>sta él, por acci<strong>de</strong>nte, bajo su mole distraída.<br />

Hemos traído el or<strong>de</strong>n y el <strong>de</strong>signio. Lo haremos crecer, apo<strong>de</strong>rarse <strong>de</strong> todo. Avanzamos,<br />

únicos, en mitad <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sierto. Hacemos retroce<strong>de</strong>r el azar.<br />

La muerte <strong>de</strong> un Berthelot no es una fatalidad respetable, sino un azar. Estamos aquí para<br />

vencer el azar. Y si esto es mentira, <strong>la</strong> verdad es una triste infamia.<br />

UNA CARTA INÉDITA DE R. BARRETT<br />

De <strong>la</strong> obra <strong>de</strong> Barrett no es necesario que hablemos. Algunas partes <strong>de</strong> su vida son también<br />

conocidas. Sin embargo, todo lo que se ha dicho y se ha publicado no basta para saciar nuestro<br />

<strong>de</strong>seo <strong>de</strong> poseer su vida completamente. Quedaron todas <strong>la</strong>s <strong>la</strong>gunas que sería necesario<br />

llenar para compren<strong>de</strong>r probablemente al hombre. Éste, que poseía un hermoso talento, una<br />

vasta cultura, una cuidada educación universitaria, si bien anarquista con los obreros más<br />

humil<strong>de</strong>s y mo<strong>de</strong>stos. Como el más sencillo neófito, les escuchaba, les pedía libros, era ya<br />

famoso en el Paraguay, por sus artículos, que se disputaban en <strong>la</strong> prensa, y <strong>la</strong>s juventu<strong>de</strong>s<br />

acudían a él como a un maestro.<br />

208

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!