Obras completas II.pdf - la tertulia de la granja
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Don Tomás. – ¡Ah! ¿Con que en el espíritu mo<strong>de</strong>rno no hay fanatismo?<br />
“<strong>Obras</strong> <strong>completas</strong> <strong>II</strong>” <strong>de</strong> Rafael Barrett<br />
Don Angel. – Indignada contra <strong>la</strong> avaricia <strong>de</strong>l cura, una al<strong>de</strong>a italiana entera se ha hecho<br />
protestante. Síntoma <strong>de</strong> los tiempos.<br />
Don Tomás. – ¿Y eso qué prueba? ¿Por qué no aprovecharon <strong>la</strong> ocasión <strong>de</strong> ensayar el<br />
ateísmo? La masa necesita un culto. ¡Cualquiera! Muda <strong>de</strong> profetas como <strong>de</strong> camisa. La<br />
humanidad no tiene apego a los viejos dogmas. Apenas asoma un guía elocuente se pone<br />
<strong>de</strong>trás <strong>de</strong> él en marcha. Las creencias son nómadas, porque están fundadas en lo absurdo. La<br />
verdad es una, pero el error es innumerable, y lo mismo da uno que otro.<br />
Don Angel. – Admita usted que disminuye el fanatismo católico. Nos quedan pocos Papas.<br />
Ten<strong>de</strong>mos a lo individual en materia religiosa. Es imposible que subsista <strong>la</strong> centralización <strong>de</strong> <strong>la</strong>s<br />
oficinas vaticanas.<br />
Don Tomás. – Tal vez. Si nuestra época tiene un carácter propio, es el que le imprime el<br />
método positivo en <strong>la</strong>s ciencias. No veo más.<br />
Don Angel. – ¿Y le parece bueno?<br />
Don Tomás. – ¡Hombre! A mí me sirve.<br />
Don Angel. – Pues le confieso que <strong>la</strong> neurosis catequizadora <strong>de</strong> los procedimientos antiguos no<br />
me repugna tanto como <strong>la</strong> normalidad <strong>de</strong> ciertas prácticas positivas. Por ejemplo, entre razas.<br />
San Francisco Xavier, seductor <strong>de</strong> tribus salvajes, me inspira menos asco que el sistema yanqui<br />
para eliminar a los negros y a los amarillos. Es preferible un iluminado <strong>de</strong> proselitismo, por loco<br />
que esté, a ese diputado <strong>de</strong> A<strong>la</strong>bama que <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> pegar un tiro a un negro, en un tranvía,<br />
por el <strong>de</strong>lito <strong>de</strong> beber robiskey, es felicitado calurosamente en el Congreso. Tenía usted razón.<br />
No faltan fanáticos. Mañana se <strong>de</strong>mostrará científicamente <strong>la</strong> inutilidad <strong>de</strong> los negros, y se<br />
proce<strong>de</strong>rá a una hecatombe dirigida por cirujanos.<br />
Don Tomás. – Y en eso consiste <strong>la</strong> civilización. En hacer <strong>la</strong>s cosas con calma. No asesinar es<br />
difícil. Asesinar con <strong>la</strong> frescura <strong>de</strong> quien <strong>de</strong>sinfecta es ya un progreso evi<strong>de</strong>nte.<br />
Don Angel. – Allá uste<strong>de</strong>s. Noté, al escuchar el sermón <strong>de</strong>l señor simpático, que Jesús no<br />
interesa. Los santos, en cambio, conservan algún privilegio. En <strong>la</strong>s capil<strong>la</strong>s he observado que<br />
todavía triunfan estos pequeños ídolos. Para que el Cristo sea obsequiado, es preciso que esté<br />
en brazos <strong>de</strong> San José o <strong>de</strong> San Antonio.<br />
Don Tomás. – Ni aun así. Ayer entré en el cuarto <strong>de</strong> mi hija y <strong>de</strong>scubrí que le había quitado el<br />
nene a San Antonio <strong>de</strong> Padua. A<strong>de</strong><strong>la</strong> estaba furiosa porque el santo no le había hecho caso, y<br />
quiso castigarle duramente.<br />
Don Angel. – Pues bien, me consolidaría <strong>de</strong>l abandono en que se tiene al Salvador si los<br />
médicos no profanaran su noble memoria ocupándose <strong>de</strong> él. Un sabio caballerete, M. Binet-<br />
Sanglé, acaba <strong>de</strong> publicar un libro titu<strong>la</strong>do La locura <strong>de</strong> Jesús, don<strong>de</strong> se dice que Ieschou-bar-<br />
Ioseff, con siete místicos en <strong>la</strong> familia, con un <strong>de</strong>rrame pleurético <strong>de</strong> probable naturaleza<br />
tuberculosa, con una <strong>la</strong>rga anorexia y una crisis <strong>de</strong> hematidrosis, con i<strong>de</strong>as <strong>de</strong> eunuquismo, <strong>de</strong><br />
edipismo y <strong>de</strong> amputación manual, murió en <strong>la</strong> cruz <strong>de</strong> un síncope <strong>de</strong> <strong>de</strong>glutición y era un<br />
<strong>de</strong>generado físico y mental.<br />
Don Tomás. – ¿Y qué?<br />
Don Angel. – Que Binet-Sanglé es el tipo más <strong>de</strong>spreciable <strong>de</strong>l fanático, el fanático científico,<br />
borracho <strong>de</strong> su propia jerga, y no menos <strong>de</strong>generado que el peor <strong>de</strong> sus clientes.<br />
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