Obras completas II.pdf - la tertulia de la granja

Don Tomás. – ¡Todo está arrugado, ay!
Doña Nicolasa. – ¿Y?...
Don Tomás. – ¿Cómo: y? ¿Y qué?
Doña Nicolasa. – ¿Y Mínguez? ¿Se le acepta?
Adela. – Pero, mamá…
Doña Nicolasa. – Mínguez está enamorado. Está que revienta.
Adela. – No, nada de eso…
Doña Nicolasa. Fíjate. Está lelo. Alelado.
Adela. – No será por amor, mamá. Será él así.
“Obras completas II” de Rafael Barrett
Doña Nicolasa. – Yo sé lo que digo. Tu padre estaba lo mismo, hace treinta años.
Don Tomás. – Peor aún. Estaba idiota.
Doña Nicolasa. – Mínguez te pide cualquier día, te sopla una declaración detrás del piano. ¿Te
pones colorada? ¿Se declaró?
Adela. – Sí.
Doña Nicolasa. – ¿Y contestaste?
Adela. – Que no.
Doña Nicolasa. – ¿Que no? ¿Y por qué, no?
Adela. – Porque no le quiero.
Doña Nicolasa. – ¡Valiente razón! ¡Y para esto hemos tenido el cuidado de prohibirte las
novelas! Lo debes querer. ¡Es doctor! Ya cobró su parte. Cien mil pesos. Es de excelente
familia. Es un poco delicado, no es como tú, un roble. Pero no es un médico enfermo. Yo le
encuentro interesante.
Adela. – No le quiero.
Doña Nicolasa. – ¡Le has de querer! ¿Te figuras que yo me casé queriendo? Le has de querer.
Adela. – Ya le dije que no…
Doña Nicolasa. – Eso se dice siempre. Has hecho bien. Le dirás que sí.
Adela. – Que no, que no quiero.
Doña Nicolasa. – ¡Estúpida!
Don Tomás. – Bueno, bueno. Basta, basta. Ven acá, Adela: ¿por qué no le quieres?
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