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Obras completas II.pdf - la tertulia de la granja

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Don Angel. – ¿Y en ese caso, se ha <strong>de</strong> ser hipócrita?<br />

“<strong>Obras</strong> <strong>completas</strong> <strong>II</strong>” <strong>de</strong> Rafael Barrett<br />

Don Justo. – Sí. El cura es <strong>la</strong> esposa <strong>de</strong> Dios, y como buena esposa, si ha perdido el respeto a<br />

su señor, lo disimu<strong>la</strong>rá profundamente. Hay algo más importante que proc<strong>la</strong>mar a grito herido<br />

nuestras pequeñas aventuras, y es evitar el escándalo.<br />

Don Tomás. – Confieso que los divorcios a tambor batiente me parecen <strong>de</strong> mal gusto. Un<br />

divorcio es el resultado <strong>de</strong> una equivocación. ¿Hay motivo para jactarse?<br />

Don Angel. – ¿Y cuál es <strong>la</strong> verdad? He aquí <strong>la</strong> cuestión. ¿Qué trascen<strong>de</strong>ncia tiene <strong>la</strong> verdad,<br />

mientras no salga <strong>de</strong>l cerebro <strong>de</strong>l P. Gonzalo? Lo que necesitamos es una verdad para todos, o<br />

para muchos. Búsque<strong>la</strong> en el silencio <strong>de</strong> su celda el religioso <strong>de</strong>cepcionado, y pague con <strong>la</strong>s<br />

torturas <strong>de</strong>l secreto sus primeros extravíos. Realice el tipo sublime <strong>de</strong>l apóstol en quien no<br />

alienta sino <strong>la</strong> caridad, y para quien <strong>la</strong>s creencias ajenas, que ya no comparte ni compren<strong>de</strong>,<br />

siguen siendo un medio <strong>de</strong> propagar <strong>la</strong> esperanza.<br />

Don Angel. – ¡Ser fiel a lo que ya no existe!<br />

Don Justo. – Existe <strong>la</strong> forma. Un pueblo que profana sus ruinas no tiene salvación.<br />

Don Tomás. – Veremos los fósiles.<br />

Don Justo. – La historia no se corta en dos pedazos, uno miserable y otro augusto. Por encima<br />

<strong>de</strong> todo está <strong>la</strong> conveniencia <strong>de</strong> que <strong>la</strong> Iglesia conserve su dignidad.<br />

Don Angel. – ¿Por qué?<br />

Don Justo. – Porque <strong>la</strong>s diversas direcciones en que se ha arrastrado <strong>la</strong> humanidad para<br />

ponerse en contacto con lo <strong>de</strong>sconocido <strong>de</strong>ben sernos sagradas. Reírse <strong>de</strong> una religión<br />

cualquiera, es <strong>de</strong>cir, <strong>de</strong> una tentativa para conquistas lo divino, ¡qué crimen imbécil! Lo que<br />

<strong>de</strong>prima al catolicismo, sin compensaciones en una región diferente; lo que se reduzca a crítica<br />

en frío, a bur<strong>la</strong>, a odio y a venganza, es tonto y culpable. Si nos cierran un sen<strong>de</strong>ro, ábranos<br />

otro. Aunque mejor es tenerlos todos abiertos. Espacio sobra.<br />

Don Angel. – ¿No le disgustan a usted los nuevos profetas?<br />

Don Justo. – No. Usted, profeta social, y don Tomás, profeta científico, me son simpáticos.<br />

¿Cuándo hubo en el mundo más religiones que ahora?<br />

Don Tomás. – Estoy con usted. El concepto <strong>de</strong> ciencia positiva, según Comte, <strong>de</strong> una ciencia<br />

que se marca sus propios límites, se va borrando <strong>de</strong> año en año. Nuestra ciencia está resuelta<br />

a no vaci<strong>la</strong>r ante nada. Es audaz, metafísica, mística.<br />

Don Justo. – En cuanto a mí, soy católico sin exageración. Me agrada un culto probado por el<br />

tiempo, <strong>de</strong> una estabilidad perfecta, rico, majestuoso, abrumado bajo <strong>la</strong> magnificencia <strong>de</strong> <strong>la</strong>s<br />

artes, repleto <strong>de</strong> leyendas <strong>de</strong>liciosas. Uste<strong>de</strong>s construyen valerosamente los edificios futuros, a<br />

los que no me tras<strong>la</strong>daré mientras no tengan techo.<br />

Don Angel. – ¡Ay! ¿Cuándo lo tendrían? El P. Gonzalo no se fija en esos <strong>de</strong>talles.<br />

Don Tomás. – Me agradaría enterarme <strong>de</strong> lo que le ha hecho preferir los ritos masónicos a los<br />

romanos.<br />

Don Angel. – ¡Será curioso!<br />

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