Obras completas II.pdf - la tertulia de la granja
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“<strong>Obras</strong> <strong>completas</strong> <strong>II</strong>” <strong>de</strong> Rafael Barrett<br />
Bonafoux se indigna, en crónicas vibrantes, contra los infelices, o quizá <strong>de</strong>masiado felices,<br />
esc<strong>la</strong>vos <strong>de</strong> <strong>la</strong> Tarnowska, y no es capaz <strong>de</strong> imaginar<strong>la</strong>. Con <strong>la</strong> mejor intención <strong>de</strong>l mundo,<br />
moraliza, y dan ganas <strong>de</strong> aplicarle <strong>la</strong> frase <strong>de</strong> Maeterlinck: “<strong>de</strong>jemos esas menu<strong>de</strong>ncias a los<br />
que no sienten que <strong>la</strong> vida es gran<strong>de</strong>”. No nos asombremos <strong>de</strong> que una mujer ma<strong>la</strong>, es <strong>de</strong>cir,<br />
una mujer que hace cosas tenidas por “ma<strong>la</strong>s” en <strong>la</strong> Europa <strong>de</strong>l siglo XX, haya sido tan querida.<br />
Al amor no le importa lo que hacemos, sino lo que somos. Y nadie conoce lo que <strong>la</strong> Tarnowska<br />
es, <strong>la</strong> realidad que nos mira a través <strong>de</strong> sus ojos impasibles.<br />
Estamos distraídos por los cortos vaivenes <strong>de</strong> nuestra existencia superficial, y no reconocemos<br />
el misterio más que en casos aparentemente excepcionales. Creemos que el misterio es algo<br />
irregu<strong>la</strong>r y sorpren<strong>de</strong>nte, un dios caprichoso, cuando es una atmósfera tranqui<strong>la</strong>. Todo está<br />
sumergido en él, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>la</strong>s cumbres hasta los bajos escondrijos. Recorran <strong>la</strong> historia <strong>de</strong> <strong>la</strong>s<br />
simpatías y <strong>de</strong> <strong>la</strong>s antipatías que formaron <strong>la</strong> trama sentimental <strong>de</strong> su pasado, y hal<strong>la</strong>rán en<br />
cada una un enigma, menos aparatoso que en <strong>la</strong> Tarnowska, pero igualmente impenetrable. Se<br />
ama porque sí. Solemos amar a los que nos hacen daño. Solemos no amar a los que nos hacen<br />
bien. Sagrada ingratitud; el amor no <strong>de</strong>be comprarse con nada, ni con nuestro entero ser; el<br />
amor <strong>de</strong>be permanecer indiferente a los esfuerzos humanos, <strong>de</strong>be <strong>de</strong>scansar por completo en<br />
lo <strong>de</strong>sconocido. El que razona el amor no ha amado nunca. Descifrarlo, someterlo a nuestra<br />
lógica y acaso a nuestra voluntad, sería <strong>de</strong>sviarlo <strong>de</strong> su objeto oculto; ignoramos <strong>la</strong>s leyes <strong>de</strong>l<br />
amor: por eso es libre. No enten<strong>de</strong>mos <strong>la</strong> muerte, ¿y enten<strong>de</strong>ríamos al vencedor <strong>de</strong> <strong>la</strong> muerte?<br />
Se hab<strong>la</strong> en química <strong>de</strong> ciertas sustancias que, sin transformarse durante <strong>la</strong>s combinaciones,<br />
<strong>la</strong>s hacen, sin embargo, posibles. Se dice que estas sustancias, indispensables e inalterables,<br />
obran por “presencia”. Así, en los fenómenos <strong>de</strong> <strong>la</strong> simpatía, <strong>de</strong> <strong>la</strong> antipatía, <strong>de</strong>l amor y <strong>de</strong>l odio,<br />
obran <strong>la</strong>s almas. Obran, inmutables, en medio <strong>de</strong> <strong>la</strong>s convulsiones <strong>de</strong> los cuerpos, en medio <strong>de</strong><br />
<strong>la</strong>s agonías, <strong>de</strong> los heroísmos y <strong>de</strong> los crímenes. Obran por presencia, omnipotentes e<br />
inmóviles, como los ojos negros <strong>de</strong> <strong>la</strong> con<strong>de</strong>sa Tarnowska.<br />
PERROS POLIZONTES<br />
Hace años ya que en varias capitales europeas se amaestran perros al noble ejército <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />
pesquisa policial. Los resultados, según se anuncia oficialmente, son muy satisfactorios. Es<br />
cierto que un perro polizonte apostado junto al Sena, cayó al agua, costando gran trabajo<br />
salvarle, porque no sabía nadar. Se hab<strong>la</strong> también <strong>de</strong> otro perro extraviado, que no fue posible<br />
encontrar antes <strong>de</strong> ocho días, a pesar <strong>de</strong> haberse puesto en juego todos los recursos <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />
oficina <strong>de</strong> investigaciones. Pero estos tropiezos son insignificantes. El perro tiene bel<strong>la</strong>s<br />
aptitu<strong>de</strong>s para <strong>la</strong> carrera <strong>de</strong> Sherlock Holmes. Hasta se le emplea en varias empresas <strong>de</strong><br />
represión pública. En París <strong>de</strong>fendieron con perros <strong>la</strong> puerta <strong>de</strong> <strong>la</strong> embajada españo<strong>la</strong>, y en<br />
Berlín con perros disolvieron un mitin <strong>de</strong> aprendices.<br />
Mr. Huyghebaert opina que <strong>la</strong> mejor casta para <strong>la</strong> caza humana es el l<strong>la</strong>mado “perros pastor<br />
belga”. Goza <strong>de</strong> cualida<strong>de</strong>s especialísimas: “audacia, fi<strong>de</strong>lidad, vigi<strong>la</strong>ncia, olfato e inteligencia”.<br />
¡Ay! Las mismas cualida<strong>de</strong>s sirven a fines opuestos. Proteger ovejas y perseguir <strong>de</strong>sgraciados<br />
son cosas diferentes, aunque exijan medios semejantes. Con igual olfato olemos el estiércol y <strong>la</strong><br />
flor. Triste metamorfosis: el perro pastor convertido en perro agente, el pequeño Monseñor<br />
Bienvenido transformado en un pequeño Javert. Nuestra alma es bastante robusta para<br />
soportar tales contrastes; se admite que un empleado <strong>de</strong> policía sigue siendo un caballero. No<br />
así el alma canina. El humil<strong>de</strong> camarada prehistórico es <strong>de</strong> una vergonzosa <strong>de</strong>bilidad para con<br />
nosotros; nos obe<strong>de</strong>ce y nos adora ciegamente; cree a pie quieto cuanto le digamos, y a una<br />
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