26.04.2013 Views

Obras completas II.pdf - la tertulia de la granja

Obras completas II.pdf - la tertulia de la granja

Obras completas II.pdf - la tertulia de la granja

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

“<strong>Obras</strong> <strong>completas</strong> <strong>II</strong>” <strong>de</strong> Rafael Barrett<br />

físico, y ninguna <strong>de</strong> el<strong>la</strong>s nos autoriza aún a ser jueces <strong>de</strong> nuestros hermanos. No sabemos lo<br />

que es <strong>la</strong> responsabilidad, ni medir<strong>la</strong>; ni siquiera sabemos si existe. Lo que sabemos es que<br />

nuestros códigos son fútiles y que avanzamos manoteando en <strong>la</strong> sombra. Por eso Jesús es más<br />

sublime que Sócrates, porque supo morir por motivos más altos que el respeto a <strong>la</strong>s leyes.<br />

CLEMENCEAU<br />

Es uno <strong>de</strong> los testarudos más simpáticos <strong>de</strong> Francia. Bastante robusto y <strong>de</strong>spreocupado para<br />

coger su sillón <strong>de</strong> primer ministro y <strong>la</strong>nzarlo a <strong>la</strong> cabeza <strong>de</strong> sus contendientes o <strong>de</strong> sus colegas,<br />

ha pasado varias temporadas en violento <strong>de</strong>stierro <strong>de</strong> <strong>la</strong> política, <strong>la</strong>s cuales nos han reve<strong>la</strong>do al<br />

artista y al filósofo. Son estos períodos <strong>de</strong> soledad <strong>la</strong>boriosa, y no los <strong>de</strong> acción, los<br />

verda<strong>de</strong>ramente instructivos y acaso fecundos. La acción es una mezc<strong>la</strong> confusa <strong>de</strong> los gestos<br />

<strong>de</strong> un grupo <strong>de</strong> hombres con el azar. El cerebro <strong>de</strong> un pensador ais<strong>la</strong>do será siempre <strong>la</strong> más<br />

perfecta <strong>de</strong> <strong>la</strong>s socieda<strong>de</strong>s. De aquí lo inconsistente <strong>de</strong> toda comparación entre el organismo <strong>de</strong><br />

un animal y el <strong>de</strong> un pueblo. Son <strong>de</strong> esencia distinta. En el uno <strong>la</strong> parte constituye el elemento<br />

rudimentario; en el otro lo rudimentario es el conjunto. Clemenceau, como espíritu superior que<br />

es, se ha sentido limpiarse, vigorizarse y dignificarse en <strong>la</strong> calma <strong>de</strong> sus diversos retiros. Ya,<br />

cuando el famoso affaire, había observado que los intelectuales puros eran los que<br />

revolucionaban el país, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> sus apartados gabinetes. “Zo<strong>la</strong>, que no tiene electores, dice, ha<br />

puesto toda <strong>la</strong> Europa, toda <strong>la</strong> humanidad pensante en movimiento”.<br />

No se conoce por lo común a Clemenceau sino en su aspecto par<strong>la</strong>mentario, y quizá interesen<br />

sus fórmu<strong>la</strong>s morales y metafísicas. Derrotado en su distrito <strong>de</strong> Draguignan se recogió por<br />

varios años, rehízo su instrucción literaria, meditó y reunió el fruto <strong>de</strong> sus reflexiones en una<br />

serie <strong>de</strong> volúmenes bel<strong>la</strong>mente escritos. La cultura científica <strong>de</strong> Clemenceau le llevaba al<br />

pesimismo estoico. “Quien dice evolución dice curva -¡ay!- y <strong>la</strong> ascensión no pue<strong>de</strong> ser infinita.<br />

Después <strong>de</strong> alcanzado el vértice, es el <strong>de</strong>scenso, <strong>la</strong> caída lenta o rápida en <strong>la</strong> vertiginosa<br />

noche. Hay que saber mirar el infortunio cara a cara, como hacemos con nuestra propia<br />

suerte… La lenta regresión sin piedad hará su obra. El último humano que viva se apegará en<br />

el mismo misterio en que surgió el primer humano que vivió. Así, se concluirá en <strong>la</strong> suprema<br />

miseria <strong>la</strong> lucha comenzada por <strong>la</strong> vida en los días <strong>de</strong>l nacimiento feliz en el mundo encantado”.<br />

Pero el carácter combativo <strong>de</strong> Clemenceau se sobrepone pronto a esa especie <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>sesperación g<strong>la</strong>cial que es el estoicismo. El fogoso polemista nos incita a <strong>la</strong> actividad, a <strong>la</strong><br />

pugna, a <strong>la</strong> fe quand même, y exc<strong>la</strong>ma: “¡qué importa lo que el hombre cree, con tal <strong>de</strong> que<br />

crea! ¡Qué importa lo que el hombre espera, con tal <strong>de</strong> que espere!... La acción es <strong>la</strong> salvación<br />

porque es <strong>la</strong> esperanza, el bien para sí y para los otros… ¡Valor, ser <strong>de</strong> un día, <strong>de</strong>stripa esta<br />

tierra que te recobrará mañana, golpea el hierro, o <strong>la</strong> ma<strong>de</strong>ra, o <strong>la</strong> piedra, pinta, esculpe,<br />

escribe, hab<strong>la</strong>, todo eso es vivir para ti mismo, para los otros que viven o vivirán! Trabaja con<br />

brazo firme y corazón resuelto. Es <strong>de</strong> valiente cumplir su <strong>de</strong>stino. Un día, <strong>la</strong> gran paz a que<br />

aspiras, <strong>la</strong> gran paz <strong>de</strong> que vienes, te será <strong>de</strong>vuelta”.<br />

Y aña<strong>de</strong> esta postdata, muy parisiense:<br />

“P. D. – A<strong>de</strong>más, te diré una cosa: si estás <strong>de</strong>masiado fatigado, vete”.<br />

En el Grand Pan, que según Marcel Uréaux, <strong>de</strong>be colocarse entre el Ashaverus <strong>de</strong> Quinet y el<br />

William Shakespeare <strong>de</strong> Hugo, Clemenceau, Nietzsche <strong>de</strong>mocrático con sed <strong>de</strong> sacrificio, refuta<br />

poéticamente <strong>la</strong> influencia inhibitoria <strong>de</strong>l sistema cristiano. El gran Pan es “<strong>la</strong> fuerza total,<br />

universal, que toma conciencia <strong>de</strong> sí en el hombre y por el hombre. Por nosotros, se hace y<br />

crece… Vivir para guardarse es bueno. Vivir para darse es mejor. Todo goce perfecto es<br />

esparcir <strong>de</strong> sí, entrar por comuniones <strong>de</strong> cada hora, en el Pan universal, <strong>de</strong> quien <strong>la</strong> evolución<br />

179

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!