Obras completas II.pdf - la tertulia de la granja
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“<strong>Obras</strong> <strong>completas</strong> <strong>II</strong>” <strong>de</strong> Rafael Barrett<br />
Los mitos religiosos y políticos <strong>de</strong>saparecen uno a uno. El patriotismo francés se disuelve.<br />
Invocar a Dios en un mitin, en una p<strong>la</strong>za pública <strong>de</strong> París, ¡qué cosa grotesca! Pues bien, <strong>la</strong><br />
pa<strong>la</strong>bra patria comienza a sonar tan clownescamente como <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra Dios. No es posible ya<br />
obtener <strong>de</strong> el<strong>la</strong>s, ante el pueblo, más que efectos cómicos. Ésta es <strong>la</strong> verdad. El socialismo, me<br />
dirán, es el mito contemporáneo, el mito social. Es <strong>la</strong> fe <strong>de</strong> <strong>la</strong> multitud siempre pueril, frente al<br />
escepticismo absoluto <strong>de</strong> <strong>la</strong>s c<strong>la</strong>ses cultas.<br />
No. No confundamos al meneur, intelectual o apóstol, con su rebaño. Dejemos <strong>de</strong> poner<br />
nombres sagrados a los apetitos fundamentales. Lo que una entre sí a los proletarios, lo que les<br />
solidariza es sobre todo <strong>la</strong> técnica <strong>de</strong> nuestra civilización. El esc<strong>la</strong>vo antiguo manejaba un<br />
hacha, un martillo; el mo<strong>de</strong>rno maneja una locomotora, y <strong>la</strong> maneja él solo. El esc<strong>la</strong>vo antiguo<br />
estaba ais<strong>la</strong>do; el mo<strong>de</strong>rno se incorpora a sus congéneres, a través <strong>de</strong>l tiempo y <strong>la</strong> distancia,<br />
por el pavor, <strong>la</strong> imprenta y <strong>la</strong> electricidad, cuyos mecanismos están en sus manos hábiles. No<br />
es el “mito” lo que hace temibles a los cheminots; es el telégrafo. El a<strong>la</strong>mbre y el riel les<br />
protegen mejor que los cañones. Las herramientas <strong>de</strong> su faena son <strong>la</strong>s armas <strong>de</strong> su liberación.<br />
– ¿Cuánto gana un cheminot? -pregunté a un empleado <strong>de</strong> <strong>la</strong> línea <strong>de</strong> Orleans.<br />
– Algunos no ganan más que ochenta francos al mes.<br />
¡Ochenta francos! ¡Con tres o cuatro hijos y los artículos <strong>de</strong> consumo a doble precio! Una<br />
docena <strong>de</strong> huevos cuesta dos francos: casi el sueldo <strong>de</strong> un día. Este esc<strong>la</strong>vo tiene razón; lo que<br />
pi<strong>de</strong> es justo. Pero, ¿por qué lo pi<strong>de</strong>, por qué lo consigue? No porque tiene <strong>la</strong> razón, sino<br />
porque tiene <strong>la</strong> fuerza.<br />
Los sindicatos son fuertes. Francia fue gobernada por el par<strong>la</strong>mentarismo. Después, hasta hace<br />
poco, fue gobernada por <strong>la</strong> prensa. Los sindicatos no <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>n <strong>de</strong>l par<strong>la</strong>mento, no <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>n<br />
<strong>de</strong> <strong>la</strong> prensa. Las asambleas obreras arrojan <strong>de</strong>l local a los reporteros y se imponen a los<br />
ministros. Francia empieza a ser gobernada por los sindicatos.<br />
El proletariado no tiene i<strong>de</strong>as. Es una mayoría. Pero no opongan <strong>la</strong> i<strong>de</strong>a a <strong>la</strong> fuerza. La fuerza<br />
se anuncia por <strong>la</strong> i<strong>de</strong>a en los cerebros superiores. En los cerebros vulgares, <strong>la</strong>s i<strong>de</strong>as van a<br />
remolque <strong>de</strong> los hechos. No están <strong>la</strong>s i<strong>de</strong>as <strong>de</strong> un <strong>la</strong>do y <strong>la</strong>s fuerzas <strong>de</strong> otro. No hay i<strong>de</strong>as y<br />
fuerzas, sino fuerzas viejas y fuerzas nuevas. Lo que l<strong>la</strong>mamos justicia es <strong>la</strong> imagen <strong>de</strong> <strong>la</strong>s<br />
fuerzas <strong>de</strong>l porvenir. La i<strong>de</strong>a es <strong>la</strong> fuerza nueva que se mueve bajo nuestros cráneos, y <strong>de</strong> <strong>la</strong>s<br />
fuerzas viejas huyen <strong>la</strong>s i<strong>de</strong>as, como los pájaros huyen <strong>de</strong> los árboles <strong>de</strong>snudos.<br />
El reino <strong>de</strong>l Sindicato ha dado principio en <strong>la</strong> tierra <strong>de</strong> Montaigne, Bossuet, Rosbespierre, Zo<strong>la</strong> y<br />
Juan Grave. Francia, con su gracia severa <strong>de</strong> costumbre, por proce<strong>de</strong> y se hun<strong>de</strong> en lo<br />
<strong>de</strong>sconocido. Ésa es su majestad. Ésos son sus títulos a nuestra admiración y a nuestro<br />
agra<strong>de</strong>cimiento.<br />
ALABANIA<br />
Hace tiempo que los albanos han resuelto morir antes que <strong>de</strong>jarse quitar su alfabeto. Las<br />
autorida<strong>de</strong>s turcas continuaron prohibiendo el uso <strong>de</strong> los caracteres <strong>la</strong>tinos en <strong>la</strong>s escue<strong>la</strong>s, y<br />
ahora estal<strong>la</strong> una insurrección cuya gravedad aumenta cada día. Según los sacerdotes<br />
musulmanes, el que no emplea <strong>de</strong>s<strong>de</strong> niño signos arábigos se expone a per<strong>de</strong>r <strong>la</strong> “verda<strong>de</strong>ra<br />
fe”. Des<strong>de</strong> el momento en que se pronuncia alguna <strong>de</strong> estas pa<strong>la</strong>bras fatídicas, fe, patria,<br />
libertad, o <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> <strong>la</strong> civilización, po<strong>de</strong>mos prepararnos a ver <strong>de</strong>rramarse mucha sangre y<br />
hacerse muchos negocios. ¿Será lo religioso problema tipográfico? No sólo son importantes los<br />
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