26.04.2013 Views

Obras completas II.pdf - la tertulia de la granja

Obras completas II.pdf - la tertulia de la granja

Obras completas II.pdf - la tertulia de la granja

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

“<strong>Obras</strong> <strong>completas</strong> <strong>II</strong>” <strong>de</strong> Rafael Barrett<br />

eran los que imponían a ambos continentes <strong>la</strong> nueva corbata, <strong>la</strong> nueva levita. Y el Rey se<br />

avergonzó ante el niño, se avergonzó <strong>de</strong> tener tanto vientre y los ojos turbios, subrayados por<br />

lívidas ojeras, y <strong>la</strong>s mejil<strong>la</strong>s colgando. Se sintió lo que era, un viejo que no se había divertido<br />

mucho, y nada más.<br />

Volvió tristemente a su pa<strong>la</strong>cio. La magnificencia <strong>de</strong> <strong>la</strong> corte, girando en torno <strong>de</strong> él, le hizo<br />

recordar por un instante <strong>la</strong> <strong>de</strong>spreocupación cotidiana. Pero <strong>de</strong> noche se indispuso. L<strong>la</strong>mó a su<br />

médico, y tomó ór<strong>de</strong>nes con entera obediencia. El médico era el amo; su hierro había entrado<br />

ya en <strong>la</strong>s carnes <strong>de</strong>l Rey. Su Majestad se durmió en compañía <strong>de</strong> <strong>la</strong> muerte.<br />

Mientras tanto, el niño poeta meditaba otra maniobra para admirar <strong>de</strong> cerca al monarca más<br />

hermoso <strong>de</strong>l mundo.<br />

UN FALLECIMIENTO<br />

Se l<strong>la</strong>maba Carlos, tenía doce años y venía corriendo <strong>de</strong> <strong>la</strong> escue<strong>la</strong>. Su padre estaba enfermo.<br />

“Cuando llegue me dirán que está bien”, pensaba el niño. “Le contaré como todos los días lo<br />

que ha pasado en c<strong>la</strong>se, nos reiremos y almorzaré con más hambre que nunca”.<br />

Al subir <strong>la</strong>s escaleras <strong>de</strong> <strong>la</strong> casa se encontró con el médico que bajaba <strong>de</strong>spacio. Era un viejo<br />

<strong>de</strong> barba b<strong>la</strong>nca, que tenía <strong>la</strong> costumbre <strong>de</strong> mirar por encima <strong>de</strong> los anteojos, inclinando su<br />

calva venerable. Pero esta vez su mirada huía, y su cuerpo procuraba <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>r <strong>de</strong>slizándose,<br />

pegado a <strong>la</strong> pared.<br />

– ¿Cómo está papá? -preguntó Carlos.<br />

El doctor, muy fastidiado, muy serio, movió <strong>la</strong> cabeza <strong>de</strong> un <strong>la</strong>do a otro, sin una so<strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra.<br />

– ¿Está peor?<br />

Igual gesto.<br />

– ¿Mucho peor? -insistió el pequeño con voz temblorosa.<br />

De repente su corazón comprendió y le hizo precipitarse a gran<strong>de</strong>s saltos por <strong>la</strong> escalera arriba.<br />

De<strong>la</strong>nte <strong>de</strong> <strong>la</strong> puerta había un hombre que abrió los brazos.<br />

– ¿Dón<strong>de</strong> vas? No entres.<br />

– Quiero ver a papá.<br />

– No, ahora no. Ya lo verás <strong>de</strong>spués. Lo que vamos a hacer es marcharnos. Tengo que ir a un<br />

sitio.<br />

– Quiero ver a papá.<br />

– ¡Te digo que no!<br />

Carlos dio un paso y se sintió cogido. Entonces, con ira <strong>de</strong>sesperada embistió el obstáculo, lo<br />

volcó contra el muro, y pasó.<br />

41

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!