El Proceso Penal de Justicia y Paz del Ministerio Público
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Experiencias <strong>de</strong> la intervención judicial <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> los procesos penales <strong>de</strong> la Ley 975 <strong>de</strong> 2005Un salvamento <strong>de</strong> voto en la Sala <strong>de</strong> <strong>Justicia</strong> y <strong>Paz</strong> <strong>de</strong> la ciudad <strong>de</strong> Barranquilla<strong>de</strong> la magistrada Zoraida Chalela Romano, sostuvo que nose requería sentencia ejecutoriada porque el legislador guardó silencioal respecto, habida cuenta <strong>de</strong> que bastaba con la evi<strong>de</strong>ncia física quele comprometiere con un nuevo <strong>de</strong>lito para dar por sentada su falta <strong>de</strong>voluntad con los compromisos adquiridos al <strong>de</strong>smovilizarse.En tanto, Eduardo Porras Galindo, magistrado <strong>de</strong> la misma Sala, habló<strong>de</strong> la precipitada pretensión y <strong>de</strong> la necesidad <strong>de</strong> tener a mano la promulgación<strong>de</strong> una sentencia <strong>de</strong> con<strong>de</strong>na que probara la reiteración punible<strong>de</strong>l postulado con posterioridad a su <strong>de</strong>smovilización. Tal posiciónse sustentó en la Sentencia C-370 <strong>de</strong> 2006, según la cual “el <strong>de</strong>lito ocultado<strong>de</strong>be ser real, no fruto <strong>de</strong> la imaginación o la sospecha, lo cualexige que exista una sentencia judicial que otorgue certeza durante elperiodo <strong>de</strong> libertad a prueba sobre la comisión <strong>de</strong>l <strong>de</strong>lito ocultado” 19 .La Corte Suprema <strong>de</strong>sestimó en <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong> segunda instancia las razonesaducidas por el <strong>Ministerio</strong> Público como apelante único, con ponencia<strong>de</strong>l magistrado Yesíd Ramírez Bastidas.La argumentación <strong>de</strong> la Procuraduría sostenía que es errado pensar quela exclusión <strong>de</strong> la Ley <strong>de</strong> <strong>Justicia</strong> y <strong>Paz</strong> es asimilable a una sanciónpenal, pues la diferencia óntica y jurídica entre ambas es evi<strong>de</strong>nte ypor tanto sus consecuencias <strong>de</strong>ben serlo igualmente. Tal argumentaciónse basaba en la sentencia <strong>de</strong> la Corte Suprema en la actuación número23174 <strong>de</strong>l 28 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> 2007, con ponencia <strong>de</strong>l magistrado AlfredoGómez Quintero, <strong>de</strong> la que emanaba la innecesaridad, a juicio <strong>de</strong>l<strong>Ministerio</strong> Público, en casos como el <strong>de</strong> Torregrosa Castro, <strong>de</strong> esperarpor el fallo <strong>de</strong> la justicia ordinaria porque esta jurisdicción transicional,que sustituye la vigencia y aplicación <strong>de</strong> aquella, se sostiene en el principio<strong>de</strong>l juez natural, y per<strong>de</strong>ría su razón <strong>de</strong> ser ante posturas <strong>de</strong> esaradicalidad que <strong>de</strong>sconocían el ámbito <strong>de</strong> aplicación y el objeto <strong>de</strong> laLey 975 <strong>de</strong> 2005.3519Corte Constitucional, sentencia C-370 <strong>de</strong> 2006, M.P. Manuel José Cepeda Espinosa, JaimeCórdoba Triviño, Rodrigo Escobar Gil, Marco Gerardo Monroy Cabra, Álvaro Tafur Galvis,Clara Inés Vargas Hernán<strong>de</strong>z.