24.01.2019 Views

ANGEL PITOU

Angel Pitou tercer libro sobre la revolución francesa de Alejandro Dumas

Angel Pitou tercer libro sobre la revolución francesa de Alejandro Dumas

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Había estado cuarenta y cinco años en la prisión.<br />

Lauzun estuvo catorce.<br />

Y Latude treinta.<br />

Pero el Máscara de Hierro y Lauzun habían cometido grandes crímenes.<br />

El primero, hermano o no de Luis XIV, asemejábase a este rey de tal modo que<br />

cualquiera se habría engañado.<br />

Y es una imprudencia osar asemejarse a un rey. Lauzun había estado a punto de<br />

casarse, o se casó, con la gran Princesa.<br />

Y era muy imprudente atreverse a contraer matrimonio con la sobrina del rey<br />

Luis XIII, la nieta de Enrique IV.<br />

Pero Latude, pobre diablo, ¿qué había hecho? Había osado enamorarse de la<br />

señorita de Poisson, dama de la Pompadour, querida del rey.<br />

Y le escribió un billete de amor.<br />

Este billete, que una mujer honrada habría enviado a quien le escribió, fue<br />

remitido por madame de Pompadour al señor de Sartines.<br />

Y Latude, detenido, fugitivo, cogido una y otra vez, permaneció treinta años<br />

encerrado sucesivamente en la Bastilla, en Vincennes y en Bicetre.<br />

No faltaba, pues, motivo para odiar la Bastilla.<br />

El pueblo la aborrecía como una cosa viviente; considerábala como una de esas<br />

tarascas gigantescas, como una de esas fieras del Gévaudan que devoran<br />

despiadadamente a los hombres.<br />

Por eso se comprende el pesar del pobre Sebastián Gilberto cuando supo que su<br />

padre estaba en la Bastilla.<br />

También se comprendía la convicción de Billot, de que el doctor no saldría ya de<br />

su prisión si no se le sacaba por la fuerza.<br />

Y se comprendió igualmente el impulso frenético del pueblo cuando Billot gritó:<br />

«¡A la Bastilla!»<br />

Mas era cosa insensata, como lo habían dicho los soldados, la idea de que se<br />

pudiese tomar la Bastilla.<br />

Esta fortaleza tenía víveres, una guarnición y artillería.<br />

También tenía muros de quince pies de grueso en la parte superior y de cuarenta<br />

en la base.<br />

En la Bastilla había un gobernador que se llama señor de Launay, que tenía las<br />

cuevas llenas de pólvora, y que había prometido, en caso de un golpe de mano,<br />

volar la Bastilla, y con ella la mitad del arrabal de San Antonio.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!