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ANGEL PITOU

Angel Pitou tercer libro sobre la revolución francesa de Alejandro Dumas

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—¿Y si los soldados de la Bastilla te hubiesen muerto?<br />

—Pues bien: ¡habría caído a la vista de mi padre!<br />

—¡Voto a todos los diablos! Eres un mal muchacho, Sebastián. ¡Dejarte matar a<br />

la vista de tu padre y hacerle morir de pena en su jaula, él, que no tiene más que<br />

tú en el mundo y que tanto te ama! Decididamente que eres un muchacho de mal<br />

corazón, Gilberto.<br />

Y el labrador rechazó al niño.<br />

—¡Sí, sí, de mal corazón! —exclamó Pitou, vertiendo lágrimas.<br />

Sebastián no contestó.<br />

Y mientras que meditaba con expresión sombría, Billot pudo admirar su blanco<br />

y anacarado rostro, los ojos de fuego, la boca irónica y fina, la nariz aguileña y la<br />

barba muy marcada, que revelaban a la vez nobleza de alma y nobleza de sangre.<br />

—Y ¿dices que tu padre está en la Bastilla? —preguntó al fin, el labrador.<br />

—Sí.<br />

—Y ¿por qué?<br />

—Porque mi padre es amigo de Lafayette y de Washington; porque mi padre ha<br />

combatido con la espada por la independencia de América, y con la pluma, por la<br />

de Francia; porque mi padre es conocido en ambos mundos como enemigo de la<br />

tiranía; y porque ha maldecido la Bastilla, donde los otros sufren... Después le<br />

encerraron en ella.<br />

—¿Cuándo?<br />

—Seis días hace.<br />

—Y ¿dónde le han detenido?<br />

—En el Havre, cuando acababa de desembarcar.<br />

—¿Cómo lo sabes?<br />

—He recibido una carta de él.<br />

—¿Fechada en el Havre?<br />

—Sí.<br />

—Y ¿le detuvieron en el mismo Havre?<br />

—En Lillebonne.<br />

—Veamos, muchacho, no pongas mala cara, y dame todos los detalles que<br />

conozcas. Te juro que dejaré mis huesos en la plaza de la Bastilla, o que volverás<br />

a ver a tu padre.<br />

Sebastián miró al labrador, y, viendo que parecía hablar sinceramente, se<br />

dulcificó.<br />

—Pues bien —dijo—; le cogieron en Lillebonne, y tuvo tiempo de escribir, con<br />

lápiz, estas palabras en un libro:<br />

«Sebastián: me detienen para conducirme a la Bastilla «Paciencia; espera y<br />

trabaja.<br />

«Lillebonne, 7 de julio de 1789.»<br />

«P. S. Me han detenido por causa de la libertad.<br />

«Tengo un hijo en el colegio de Luis el Grande, en París. Se ruega al que<br />

encuentre este libro, en nombre de la humanidad, que le envíe a mi hijo, cuyo<br />

nombre es Sebastián Gilberto.»

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