24.01.2019 Views

ANGEL PITOU

Angel Pitou tercer libro sobre la revolución francesa de Alejandro Dumas

Angel Pitou tercer libro sobre la revolución francesa de Alejandro Dumas

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Por eso no hacía más que meditar, desde aquel momento, una fuga hábilmente<br />

concertada, una fuga que se apoyase por la fuerza en caso necesario; una fuga<br />

que asegurase la salvación, y, después de la cual, los fieles que se hallaran en<br />

Francia podrían hacer la guerra civil, es decir, castigar a los revolucionarios. El<br />

plan no era malo, y seguramente habría tenido buen resultado; pero detrás de la<br />

reina velaba también el genio maléfico.<br />

¡Extraño destino! Aquella mujer que inspiró antes tan generosas abnegaciones no<br />

encontró en ninguna parte discreción.<br />

En París se supo que deseaba huir antes de que estuviese persuadida de esto ella<br />

misma.<br />

A partir del momento en que se supo, María Antonieta no echó de ver que su<br />

proyecto había llegado a ser impracticable.<br />

Sin embargo, un regimiento famoso por sus simpatías realistas, el regimiento de<br />

Flandes, llegaba a París a marchas forzadas.<br />

La municipalidad de Versalles había pedido aquel regimiento, pues fatigada por<br />

las guardias extraordinarias y por la vigilancia precisa alrededor del palacio,<br />

amenazado sin cesar por las distribuciones de víveres y los motines sucesivos,<br />

necesitaba otra fuerza además de la guardia nacional y las milicias.<br />

El palacio tenía ya bastante quehacer para defenderse a sí propio.<br />

El regimiento de Flandes llegaba, como hemos dicho, y, para que adquiriese al<br />

punto la autoridad con que se quería revestirle, era preciso que un recibimiento<br />

particular atrajese sobre él la atención del pueblo.<br />

El almirante de Estaing reunió los oficiales de la guardia nacional y todos<br />

aquellos de los cuerpos presentes en Versalles, y salió a su encuentro.<br />

El regimiento hizo una entrada solemne en Versalles con sus cañones y sus<br />

bagajes.<br />

Alrededor de aquel punto céntrico llegaron para agruparse muchos jóvenes<br />

caballeros que no pertenecían a ningún arma especial.<br />

Eligieron un uniforme para reconocerse, uniéndose con todos los oficiales que<br />

estaban fuera de servicio, con todos los caballeros de San Luis, a quienes el<br />

peligro o la previsión conducían a Versalles, y que desde aquí se diseminaban<br />

por París, el cual vio entonces con profundo estupor aquellos nuevos enemigos<br />

insolentes y orgullosos, por ser dueños de un secreto que ha de escapárseles<br />

alguna vez.<br />

Desde aquel instante, el rey podía marchar, pues le apoyarían y protegerían en su<br />

viaje, y tal vez París, ignorante aún del hecho, y mal preparado, le hubiera dejado<br />

marchar.<br />

Pero el genio maléfico de la Austriaca velaba siempre.<br />

Lieja se rebeló contra el emperador, y la preocupación que este hecho produjo en<br />

Austria impidió que se pensase en la reina de Francia.<br />

Sin contar que María Antonieta creyó deber abstenerse por delicadeza en<br />

semejante momento.<br />

Entonces, las cosas a que se había dado impulso continuaron su marcha con<br />

espantosa rapidez.<br />

Después de la ovación dispensada al regimiento de Flandes, los guardias de corps<br />

acordaron ofrecer un banquete a sus oficiales.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!