publicación - CCOO
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JOSÉ BABIANO<br />
existente entre la cada vez más alta participación en las protestas y la limitación de los efectivos<br />
organizados regularmente en las Comisiones Obreras. En este punto, hay que recordar<br />
que, además de los efectos de la represión, las elecciones sindicales de 1971 no supusieron<br />
un resultado similar a las de 1966 en términos de reforzamiento organizativo. La<br />
convocatoria había sido retrasada un par de años por la Organización Sindical, que además<br />
evitó renovar todos los cargos, por lo que los comicios estaban destinados a elegir solamente<br />
el 50 por ciento de los puestos. Junto a esta limitación, las elecciones pusieron sobre el<br />
tapete las polémicas sobre la participación y la conquista de puestos sindicales. En la Sexta<br />
Reunión General, celebrada en Madrid en agosto de 1970, cristalizaron esas diferencias.<br />
En efecto, en el comunicado de la reunión se daban orientaciones de cara a la siguiente convocatoria<br />
electoral. Dichas orientaciones iban en la misma dirección que en 1966. Se insistía,<br />
además, en hacer un trabajo organizativo y propagandístico previo a los comicios y se<br />
aclaraba que, en todo caso, los jurados no podrían nunca desplazar a la Comisión Obrera<br />
en la empresa, sino que era más bien una especie de brazo legal de la misma. Pero en el<br />
comunicado se advertía también que estas orientaciones no eran compartidas por los delegados<br />
de Pamplona en la reunión, puesto que en Navarra los enlaces habían dimitido en<br />
bloque y a esas alturas no se sabía si allí las Comisiones presentarían candidaturas o llamarían<br />
al boicot (Zamora Antón & Ibáñez, 1987).<br />
Las diferencias en la Reunión General se plasmaron en la falta de unidad de criterio ante<br />
las elecciones. Sectores de las Comisiones llamaron a boicotear las elecciones no sólo en<br />
Navarra sino en todas aquellas zonas en las que la extrema izquierda tenía algún peso. Estas<br />
diferencias sobre el sindicato vertical y sobre la concepción misma de las Comisiones, en el<br />
sentido de tener un carácter más orgánico o más asambleario, hicieron que desde 1974<br />
hasta 1976 las Comisiones Obreras vascas estuvieran escindidas en dos organismos. Igualmente,<br />
en Cataluña, entre 1970 y 1974, las Comisiones aparecieron en tres frentes distintos<br />
(Gabriel, 1989).<br />
La diferencia entre participación en las movilizaciones y efectivos organizados en<br />
Comisiones Obreras era producto tanto de las condiciones de represión como fruto de la<br />
propia cultura organizativa de las Comisiones que nunca se habían mirado a sí mismas<br />
como una organización sindical, sino como un movimiento. De todos modos, a partir de<br />
1975 esas distancias se fueron aminorando, en la medida en que las Comisiones Obreras<br />
experimentaron un crecimiento organizativo en el contexto de una movilización obrera sin<br />
precedentes desde 1936. Durante el mismo 1975, el Ministerio de Trabajo reconoció la<br />
existencia de 3.156 conflictos colectivos. La propia muerte de Franco amplió la estructura<br />
de oportunidades políticas y en 1976 se produjeron nada menos que 40.179 conflictos,<br />
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