Officium Veneris - Telecable

11 de Diciembre
R egreso
a las orgías en la calle —normalidad—. De camino al
instituto, me doy cuenta de que muchas veces mientras bombeo
a muerte a alguna de mis dioscuras, suelo buscar ávidamente
los ojos, los besos, la ternura, de la otra. Probablemente es sólo el
anhelo de una percepción multiplicada de la feminidad, pero creo
que aquí también el todo es más que la simple suma de las partes.
Sin embargo, después, en el recuerdo, muchas veces es más
intensa la sensación que nos produce aquella chiquilla que nos
miraba en la playa.
Nuestro placer es veleidoso y frágil, pero pocas cosas nos
llevan tan arriba, y revelan tan bien el sentido. Él es sin duda la
mis teriosa puerta. Pero, ¿a dónde nos lleva esta puerta?
Intentando reflexionar, profundizar, siempre acabamos en un
fondo oscuro, vecindad de la muerte y el no ser.
Joaquín pretendía llevarme el fin de semana a esquiar con un
matrimonio de amigos suyos. Le he mandado a la porra. Se avecina
un fin de semana de reflexiones profundas. Me lo temo.
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