Officium Veneris - Telecable

21 de Noviembre
un amigo poeta le han concedido un importante premio de
A poesía. Le he dado la enhorabuena cariñosamente. Después
de tanto tiempo pensando que soy un indeseable, recupero una
vieja sensación deliciosa: me alegro sinceramente. Me alegro de
que me alegro. Después de años de relaciones sórdidas, Eros vence
a Tánatos, y son posibles la sociedad, la cultura y la felicidad. Tal
vez es verdad que estoy cambiando.
❧ MONOGAMIA
Desgalgadero. Ayer entré en el portal con un viejo compañero de
la mili que es vecino mío, un prusiano capaz de cualquier cosa por
esquivar un arresto. Venía con su mujer, a la que ya conocía de
vista de cruzármela en la escalera, y subimos en el ascensor los
tres con su hijita de siete años. El triángulo se me antojaba que
tenía matices extraños; no sé cuales. Intuía un infierno detrás de la
rutina de esta pareja. Se me antojaban de esos seres profundamente
frustrados que esconden su frustración tras la careta de una
aparente “normalidad”. Resulto tan extraño yo en este universo de
estrellas dobles. Estoy seguro de que les inquieta profundamente
la presencia de este lobo solitario. Imagino las sensaciones; envidia
en él, animadversión en ella. Qué habrán hablado de mí. Hoy
me he encontrado en el patio a la niña que jugaba con otros niños.
Al llegar al portal me di cuenta de que me habían seguido y me
espiaban a través del cristal. Les he sonreído y le he lanzado un
beso a la niña —deliciosa copia de su madre, con más juventud y
menos malicia—. Para que se lo diga a mamá.
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