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das; estaba perfectamente depilada, pero se había dejado un testimonial<br />
bosquecillo de pelitos negros que al acariciar su vientre<br />
eran como un jardín triangular a las puertas del palacio del placer.<br />
Delante estaba el tafanario espléndido y rebosante de Rosa; una<br />
cinta morena era el camino que llevaba de la espalda al generoso<br />
ojal casi negro; su concha divina dejaba asomar las tostadas banderas.<br />
Los cuatro agujeros eran practicables, si bien Cristina no<br />
resistía demasiada acción en el estrecho canal de sus caquitas, que<br />
en seguida comenzó a tener un aspecto lastimoso, enrojecido y<br />
con el esfínter hinchado. Las otras tres gargantas lo tragaban todo;<br />
acogedoras, húmedas y cálidas, ver sus bocas allí tan bien dispuestas,<br />
hacía que saltara vicioso de una a otra, tratando de descubrir<br />
cuál era la más hambrienta por la intensidad de los gemidos;<br />
comparando; tanteando el abrazo más dulce, el más cálido, el más<br />
ceñido; cada unión era distinta, y sublime en su diferencia. Hubiese<br />
deseado tener cuatro pollas, pero la naturaleza es sabia;<br />
mientras un agujero era penetrado, mis dedos jugaban con los<br />
otros, explorándolos. Los pétalos morenos de Rosa escondían un<br />
vestíbulo increíble, de un rosa purísimo; el desaguadero de sus<br />
orines era un enorme agujero triangular que contrastaba con el<br />
minúsculo orificio de Cristina.<br />
No puedo dejar de pensar en lo que ocurrió ayer. El caso de<br />
es tas mujeres aporta una dimensión nueva al concepto de pareja, y<br />
no sé a qué atenerme. El hecho es que una sólida relación afectiva<br />
aunque implique una intensa atracción sexual puede no ser obstáculo<br />
para una vida sexual abierta en la que todas las posibilidades<br />
sean exploradas como una faceta más del placer que une la pareja.<br />
Creo que el fallo aparece sólo cuando nuestro placer implica recortar<br />
la libertad del otro para buscar su placer, cuando lo que es<br />
estrictamente natural queda prohibido por una norma aberrante. Es<br />
el tabú del sexo del cristianismo. Los profetas siempre se pasan;<br />
prohibir el cerdo es una cabronada, pero ya prohibir el sexo…<br />
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