Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
—No, jolín, es una intensidad distinta.<br />
Sofía ya sabe que escribo este diario; lo lee y me hace sugerencias.<br />
Ya lo sospechaba, pero al leerlo, se ha dado cuenta de que<br />
mi pasión por las tías no es una cosa normal. “Tú necesitabas un<br />
harén”. No le importa que otras mujeres me gusten. No le importa<br />
incluso que folle con ellas, aunque a ella le gustaría participar en<br />
la acción, como cuando estuvimos con Isabel nuestra primera noche.<br />
Donde su amor por mí pone el veto es en que yo las quiera<br />
más que a ella, que prefiera estar con otra a estar con ella. Yo le he<br />
dicho que en ese sentido puede estar completamente segura. Por<br />
lo que respecta a ella, dice que le basta con su relación conmigo y<br />
que no se plantea nada con otros tíos. Para hacer una cosa simétrica,<br />
le dije que no me importaría que lo hiciera con otros en plan<br />
esporádico, como entretenimiento libidinoso. Ella respondió que<br />
para que le apeteciera el tío “tenía que estar de bueno…”. En la<br />
piscina yo le señalaba tíos macizos: —¿Y ese qué? —¡Bah! ¿Y<br />
ese qué? —¡Bah! ¿Y ese qué? —¡Hummm! Ella me cantaba las<br />
titis ricas: “Carlos, culo a estribor”.<br />
Sofía ha llamado a su madre por teléfono. La relación con ella<br />
se ha normalizado, y las dos quedaron muy contentas; sobre todo<br />
su madre cuando supo que había roto con Juan. La situación de la<br />
madre de Sofía es delicada; lo pasa mal viviendo con su padre,<br />
pero no quiere separarse de él. Han quedado de verse en O. Hemos<br />
conocido a un matrimonio alemán encantador: Johann y Julia<br />
—léase Yulia—.<br />
150