Officium Veneris - Telecable

dimensión exacta de su belleza, de la llamada que era un bulto
terco y gozoso en el pantalón. Es algo que pienso frecuentemente:
la fotografía es milagrosa al detener el implacable sucederse de
las imágenes, condenadas siempre a un aniquilamiento instantáneo.
Un dios cruel creó la belleza huidiza como agua de un torrente,
y un héroe humano fijó mágicamente su flujo e inventó la
fotografía, capaz de eternizar la imagen dándole una entidad más
allá del devenir, de atrapar el fantasma para llevarlo a la mesa de
di sección.
❧ PORNOGRAFÍA
Sexo en conserva. ¿Se pierden las vitaminas? Hasta hace muy
poco, históricamente hablando, ver una mujer desnuda que nos
miraba insinuante acariciándose el coño era un placer visual que
preludiaba otros placeres, e implicaba una relación humana, personal.
Con la invención de la fotografía, deja de ser así, y aparece
una forma de sexo que sólo incluye excitación visual; no hay tacto,
no hay participación directa del otro. Disponemos de clones perfectos
de las formas que desencadenan el placer, virtualmente perennes,
infinitamente disponibles, pero, ¡sólo visuales! Sexo sin
sexo (¿platónico?). Mundo de paradojas. Se nos da todo, pero no
se nos da nada; técnicamente es lo más fácil de conseguir, teóricamente
es tremendamente difícil de analizar, ¿Qué significa todo
esto?
La acción sexual habitual implica un crescendo de sensaciones.
Primero hay imaginación, insinuación, seducción del otro; se
genera el deseo, y empieza la lucha por satisfacerlo. En el mejor de
los casos —o en el peor, ¿quién sabe?—, tendremos luego la presencia
física, la conversación, el conocimiento humano; después la
contemplación del cuerpo desnudo del otro; por fin todo tipo de
caricias. Así fue siempre, y muchos pensarán que así debería ser
siempre. El placer todos podríamos estar de acuerdo en decir que
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