Officium Veneris - Telecable

II
de n u d aT i o n e d e Æ
No te amo en realidad; aunque las perlas verdes
de tus ojos invitan a un viaje sin retorno,
a una huida sin dudas;
aunque no sé sufrir la seducción del poderoso surco
desnudo, alumbrado por tus ojos testigos 5
de la entrega total. No, no te amo,
no me caes simpática siquiera,
sólo deseo sentir el jugueteo del glande entre tus pétalos
como un vino obsesivo y delicioso,
con un vértigo mudo. 10
Mujer espléndida,
alta torre de orgullo y belleza implacable,
princesa de otro siglo, concubina de un papa,
duquesa de un salón en el Imperio,
quisiera desnudar también tus estrategias, 15
y arrastrarte conmigo por el fango
del placer más sublime,
para que seamos uno y no seamos nada,
para que el mito muera en nuestros órganos
y quedemos dormidos 20
como fósiles muertos en la piedra
del día que regresa.
Ven a mi lado,
ven a mi lado, odiosa, alta,
insufrible deidad, 25
hermana de mi vértigo más dulce,
el de tus ojos y la ardiente brecha
vertical, tus ojos implorando
la violenta invasión de todos mis ejércitos.
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