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❧ LOS LÍMITES DEL SEXO<br />
Las fronteras del dolor y el hedor. Al menos para mí. Llegar hasta<br />
ese límite es para mi placentero, porque es tantear los contornos<br />
humanos y cerdunos de la diosa; pero traspasarlo me resulta desagradable,<br />
se entra entonces en dos mundos que detesto, la crueldad<br />
y el mal gusto.<br />
Esta tarde intentamos hacer el amor tomándola yo por detrás,<br />
que era una postura que ella siempre rechazaba por el dolor que le<br />
producía. Con extremo cuidado, conseguí que llegara a gustarle<br />
hacerlo de esta forma; poco a poco se fue calentando, y al final<br />
llegó a disfrutar realmente a juzgar por sus gritos. El problema fue<br />
que en el clímax no podía controlarse y se le escapaban chorritos<br />
de pis. Cuando se dio cuenta, este hecho tuvo un efecto paralizante<br />
sobre ella. Me pedía perdón toda compungida: “He manchado<br />
el sofá”. La expliqué que su pis no era algo demasiado<br />
desagradable para mí y que el sofá podía limpiarse, que no me<br />
importaba que le ocurriera eso, que era normal. No quería creerlo.<br />
Entonces la cogí de la mano y la llevé a la bañera. Nos sentamos<br />
en el fondo con nuestros vientres juntos; sus piernas se cruzaban<br />
sobre las mías. Le dije que orinara. No podía. No quería. Tuve que<br />
empezar yo a orinar sobre su rajita depilada para que ella entendiera<br />
que hablaba en serio. Entonces ella sí comenzó también a<br />
orinar sobre mí abriéndose las ninfas sonrosadas y gordotas; a<br />
cada chorrito que surgía, la areola trigueña de su ano se distendía,<br />
dejando asomar la boquita apretada del esfínter, con sus dientes<br />
irregulares. Mientras nos duchábamos abrazados reconocía que le<br />
había gustado, —“pero es una cosa un poco cochina”.<br />
Mi Sofía no es todavía una diosa, es sólo un angelín guapo. Si<br />
llega a una playa, su lugar natural no estará entre las grandes hembras<br />
bronceadas que toman el sol sobre sus toallas como pesados<br />
cachalotes varados en la arena, sino en el grupo de niñatas que<br />
juegan con una pelota a la orilla del mar haciendo que se balan-<br />
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