Officium Veneris - Telecable

31 de Diciembre
S alimos
a celebrar la nochevieja. Antes de cenar me tocó esperar
sólo en un viejo café de G. Un cuarto de hora en la grata
compañía de un bíter Kas me permitió estudiar un pequeño muestrario
de humanidad despreocupada en el fin del segundo milenio.
Me temo que no teníamos muy buen aspecto: gestos aprendidos
para expresar emociones aprendidas, heredadas, que se transmiten
como enfermedades en la infancia, porque los niños no sólo
aprenden las palabras de sus padres; aprenden las frases, los gestos,
y los criterios y valores que estos expresan. Buscaba afanosamente
en aquel tumulto alguien bello; alguien vivo cuyos ojos no
expresaran la derrota, el sometimiento; alguien capaz de descifrar
enigmas y redimir al azar; capaz de crear belleza y regalarla desinteresadamente;
pero me temo que buscaba inútilmente; sólo veía
cadáveres helados sobre las frías losas de mármol.
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