Officium Veneris - Telecable

8 de Enero
Regreso a la rutina de las clases. Sofía también empieza hoy a
ir un par de tardes a la semana a clase de inglés. Ha cogido
este tema muy en serio porque le da rabia no poder leer muchos
libros de la biblioteca que le parecen interesantes.
❧ FELICIDAD CONYUGAL
Una sola carne. Yo soy una persona difícil. Mi trato cotidiano está
lleno de aristas, egoísmos. Es la herencia de los años solitarios;
estoy poco acostumbrado a transigir, y a veces digo cosas que
luego no quisiera haber dicho. Sofía ha sabido encontrar el tono
perfecto para que estas voces mías que odio se pierdan como pequeños
ríos tortuosos en el mar de su sonrisa. La sonrisa de Sofía
es mi mayor tesoro, las caricias que me regala inconscientemente
me llegan al alma. Cuando su ternura se vuelca sobre mí, siento
que podría morir de dicha. Por primera vez en mi vida, un deseo
se abre camino contra todas las dificultades, contra todos los
egoísmos de la vida cómoda, que en su vientre crezca mi semilla y
nuestra carne se prolongue en un hijo. Saber que a ella esto también
le gustaría me hace feliz.
En el instituto, Gonzalo me interpela en un pasillo. —“Oye,
enhorabuena eh, que te vi el otro día por la calle amartelado con
una chiquilla preciosa. Me quedé mirando para ti, pero tú como si
nada. Sólo tenías ojos para tu bomboncito”. —“Perdona, chico,
me temo que he regresado a los quince años”.
Las mujeres hermosas que veo me producen una sensación
que es bastante extraña en mí, siento como si su belleza no fuera
conmigo. Sigo deleitándome con la sonrisa de una cría que me
mira en clase, o con un culito que se desliza orgulloso por la calle,
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