Officium Veneris - Telecable

20 de Noviembre
R itual
de las dioscuras. Cabalgando el brioso Suzuki de Manolo,
parto hacia la sierra con las chicas. Por la mañana recorremos
algunos parajes imponentes en los cordales más altos,
entre las cumbres nevadas. Fue maravillosa sobre todo la internada
en el valle que va a dar a V., el camino embarrado sobre
cortadas gargantas de caliza al principio, luego las anchas vegas, y
el río crecido que el camino vadeaba varias veces. Comemos en
V., y por la tarde emprendemos en el coche la ascensión al collado
de C.; luego subimos andando hasta la cumbre. Las chicas llegan
desfondadas, y muertas de risa. Arriba la vista es magnífica: peñas
de caliza, cumbres nevadas a lo lejos. Un cigarrillo, y comienza el
ritual; paso a paso hacia el éxtasis. Solos en el fin del mundo reventándonos
de placer; intuyendo algo como el principio de otro
universo posible que cuando nos vayamos quedará aquí arriba
como una promesa, como una intuición apenas sobre el cuerpo
desnudo y hermoso de la Tierra.
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