Officium Veneris - Telecable

la diosa está en la línea de los temas mitológicos tratados por Robert
Graves en La diosa blanca. Sin embargo, yo no había leído
aún este libro en 1998, por lo que hay que constatar que aflora
aquí un venero nuevo del viejo mito. La segunda aclaración es
astronómica. Ha ganado crédito recientemente la opinión de que
el material que constituye la Luna fue arrancado de la Tierra por el
impacto de un enorme meteorito hace varios miles de millones de
años. Esta nueva teoría explica satisfactoriamente todos los puntos
oscuros de las anteriores, y nos muestra una Luna que, según
cómo lo miremos, podría ser considerada hermana o hija de la
Tierra. Completa esta información la presentada en un capítulo del
libro.
Respecto a los poemas, sigo satisfecho de los últimos. Con los
tres primeros, sin embargo, siempre he tenido problemas. Los he
salvado porque en la música de sus versos hay tal vez algo del
galopar de Don Quijote por las llanuras de la Mancha, confundidos
los rebaños con ejércitos. Hay que leerlos conscientes de su
clave profundamente irónica, y pensar también que dibujan los
recodos iniciales de ese camino iniciático que mis libros, sin que
se sepa bien por qué, acaban todos siendo.
Termino dedicando este a los amigos de la tertulia Oliver de
Oviedo por su comprensión y estímulo en los momentos iniciales.
Sin ellos, sacar adelante la crónica de los amores de Sofía y Carlos
hubiera estado fuera del alcance de una psique tan frágil como la
mía. La deuda de gratitud es especial con Paul G. Masby que,
cuando la primera edición, asumió generosamente sobre sus hombros
lo que a mí me excedía.
J. A
Oviedo, junio de 2003