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Officium Veneris - Telecable

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en especial con lo que pareció quedarse más tranquila. También le<br />

dije que a mí me parece muy bien lo que hacen, que para sacar<br />

adelante una cosa tan difícil como una pareja hay que echarle imaginación<br />

al asunto. Parecía estar de acuerdo. Le hablé en tono jocoso:<br />

—Oye, ¿no serás tú bisexual también?<br />

—No sé.<br />

—¿Cómo es eso? ¿No sabes si te gustan las tías?<br />

—Bueno. No he practicado mucho, pero una chica guapa me<br />

parece algo muy excitante.<br />

Parece que la cosa se plantea prometedora. Por su parte ya le<br />

dije a Joaquín que explicase a las otras que yo ahora estoy viviendo<br />

con Sofía y que formábamos una pareja bastante normal.<br />

¡Que sea lo que Dios quiera!<br />

Por la noche, viéndola mientras se desvestía rutinariamente,<br />

se produjo la resurrección de la carne; la visión de su culito enfundado<br />

en unas braguitas nuevas preciosas de encaje era más de lo<br />

que podía soportar. Esto, unido al hecho de que acababa de salir<br />

del baño y había sonado la cisterna del water, que ella sólo acciona<br />

después de hacer caca —es una gorrina y aún no le he podido<br />

quitar esa costumbre—, me hizo concebir un plan digno del<br />

Marqués de Sade. Empecé los arrumacos habituales, y cuando ya<br />

la tenía a cuatro patas, empecé a acariciar su agujero más cochino<br />

—no sin antes tener que quitar algunos trocitos minúsculos de<br />

papel higiénico desperdigados por el profundo surco: “¡ya estás<br />

enredando ahí!”—. Los bordes de la braguita, incluso el límite de<br />

la zona donde esta lleva tejido absorbente, y la textura del tejido<br />

se marcaban todavía sobre las nalgas; era como si llevara unas<br />

bragas transparentes que dejaran ver perfectamente todos los detalles<br />

de su maravilloso antifonario. Entonces le dije al oído con mi<br />

voz más persuasiva: “cielín, todavía no lo hemos hecho nunca por<br />

aquí”, y seguía acariciando y tanteando su anillo apretado y<br />

elástico. Ella dijo con voz meliflua: —“no quiero; ¡por atrás, no!”.<br />

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