Officium Veneris - Telecable

❧ EL AGUJERITO RARO
Olga era una elementa de mucho cuidado. Una tarde que se había
quedado sola en casa, nos invitó a merendar a las tres chicas de la
pandilla. Nos preparó un chocolate riquísimo con pastas, y luego
fuimos a su habitación y nos pusimos a charlar como cotorras; de
chicos, claro. Ella llevaba la voz cantante y nos explicó con todo
detalle todas las guarradas que hacía con su novio. Al rato de estar
en la habitación, yo empecé a encontrarme un poco rara; todas las
cosas que Olga decía me parecían graciosísimas, y no podía parar
de reírme; además, estaba como excitada. Notaba que a las otras
chicas les pasaba igual. Olga estaba como un demonio: “a mí lo
que más me gusta es chupársela mientras el me acaricia todo lo de
abajo. Si vierais como se le pone de dura; parece que le va a estallar…,
pero nada, yo venga a restregar la cabezota con la lengua
para que suelte ese líquido pringoso tan rico que les sale antes de
correrse… Y no lo trago; lo voy dejando todo en la boca hasta que
la tengo toda pegajosa, y entonces saco su cosa y me pongo a hacer
pompas para que él las rompa con la lengua”. Nos parecía
graciosísimo. Estábamos como locas.
Olga estaba sentada en la cama y llevaba unas falditas cortas.
En ese momento se las levanto y vimos que no llevaba nada debajo
y que se había depilado completamente el coñito. A todas nos
dio un ataque de risa contagiosa. “Callad, jolín; parecéis bobas. Ay
chicas, estoy preocupada. Esto va en serio. Me parece que tengo la
matriz abierta”. Todas nos quedamos mirando para ella como bobas.
—“Anda, ¿por qué dices eso? ¿qué es lo que notas?”.
—“Cuando voy a tener la regla me duele mucho”. —“Pero eso es
normal, a mí me pasa también, y mamá me dijo que no tiene importancia”.
Ella empezó a acariciarse la rajita, abriéndose los pétalos
morenos y grandísimos. —“Pero yo me he estado tocando y
me parece que tengo un agujerito raro que puede ser una enfermedad.
Lo he estado mirando en los libros de papá. Lo que pasa es
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