Officium Veneris - Telecable

VI
ha n c v o l o q u æ facilis
Lo que todas me venden, tú regalas,
criatura de la noche, te miro saboreando
tu sonrisa, gacela apresada en mis redes,
y revelan el mar en tu cara de niña
tus bellos ojos zarcos con su inocencia cruel; 5
naufraga así despacio robando tu calor
mi boca zozobrante en tus labios violeta;
el cosmos se diluye en tu dulce misterio.
Tu cuerpo me obsesiona, tan cerca y tan distante,
y empiezo a desnudarte con la fiebre del sabio 10
que persigue la clave que lo explicará todo;
y desnudo tus pechos como palomas dóciles,
presas para el amante delirio de mis manos;
y bajo a tu cintura, última ceremonia,
buscando allí la cifra de lo definitivo, 15
donde toda eres nieve que arde para mí,
para que juegue a ser demiurgo de tu cuerpo,
alfarero torneando el perfil de tus muslos.
¡Qué vértigo las curvas que dibuja tu vientre
desnudo y entregado, sus escondrijos últimos! 20
Las rosas que escondía florecen en mis labios
y saboreo extático el néctar de sus pétalos.
En el espejo un hombre acaricia tu culo
y un dorado lucero me mira mientras felas;
estrujando tus nalgas se ilumina y se apaga; 25
tu culo es mi epitafio con su desnudez loca,
y la piadosa estrella agota mi destino.
Retiro la herramienta, no puedo resistirlo,
el glande entumecido nunca fue más dichoso;
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